Unicef: "No esperemos que la hambruna se declare en Somalia para actuar"
Unicef, el organismo de la ONU dedicado a la protección de los niños, dijo hoy que el mundo no debe esperar que se declare la hambruna en Somalia
para acudir en ayuda de la población de este país, castigado por
frecuentes fenómenos climáticos extremos - agudizados por el cambio
climático - y que ahora sufre otra grave sequía.
La falta de agua, tras tres temporadas fallidas de lluvias, afecta
también a Kenia y Etiopía, pero está teniendo un efecto más devastador
en Somalia, donde el 90 % del territorio sufre las consecuencias.
"La situación empeorará en los próximos tres a cuatro meses, así que el
momento de actuar es ahora", dijo por teleconferencia desde Mogadiscio
el portavoz de Unicef, Victor Chinyam.
Solo en los tres últimos meses, medio millón de personas han abandonado
sus pueblos para ir en busca de pastos (en caso de que les quedasen
animales vivos), agua y alimentos, e intentar acercarse a zonas donde
pudiesen recibir ayuda.
La situación no es peor gracias a los esfuerzos del gobierno y de
organizaciones apoyadas por ciertos países (últimamente se ha apreciado
la financiación del Reino Unido y de Alemania), pero se necesita más.
"Dos millones y medio de personas necesitan ayuda en forma de agua y
esta cifra aumentará a medida que la sequía empeora. Los precios se han
disparado por esta situación y el precio del agua ha aumentado un 70 %",
explicó Chinyam.
A su vez, la carencia de agua ha creado las condiciones para brotes infecciosos, en particular de sarampión (los casos en 2021 duplicaron el acumulado de los dos años anteriores) y de cólera.
En medio de esta emergencia causada por el clima, la malnutrición se ha
extendido entre los niños y ahora afecta a 1.4 millones de ellos, de los
cuales 330,000 están en una situación de desnutrición aguda y corren un
riesgo de muerte once veces superior.
Los últimos dos episodios de sequía en Somalia se
remontan a 2011 y 2017, luego de los cuales hubo inundaciones en gran
parte del país en 2019 y una plaga de langostas del desierto (un tipo de
saltamontes) que diezmó los cultivos en 2020.
Las últimas proyecciones no son buenas y apuntan a que la próxima
temporada de lluvia (de marzo a mayo) también estará en mínimos.
Chinyam recordó que la sequía genera riesgos graves para los niños al
aumentar la explotación y la violencia sexual, los matrimonios de niñas,
el secuestro y el reclutamiento de niños por parte de grupos armados,
en particular de Al Shabab, una organización terrorista islamista que
opera desde 2006 en esa zona de Africa.
Según los datos recogidos por Unicef, 1,200 niños (incluidas 45 niñas) fueron reclutados por grupos armados en 2021 y otros 1,000 fueron raptados ese mismo año.
Las regiones más afectadas por la sequía están bajo control de Al Shabab
a las que las organizaciones humanitarias no tienen acceso y donde Unicef desconoce cuál es la situación de los niños y el número de los que necesitan ayuda urgente para sobrevivir.
Las cifras mencionadas por Chinyam sólo cubren las zonas en las que Unicef y otras organizaciones de socorro pueden trabajar.
CREDITOS A DIARIO LIBRE
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