Alertan sobre “mundo hiperconectado”

Tres de los alumnos aventajados de esa pesadilla tecnológica son Vladímir Putin, Rodrigo Duterte y Narenda Modi, líderes que se sirven, según múltiples investigaciones, de arsenales digitales para controlar y manipular a la opinión pública, desacreditar a sus oponentes y dividir la sociedad mientras cultivan una imagen de hombres fuertes que impregnan el debate político con discursos nacionalistas.
Desinformación.- Aunque la propaganda y la manipulación informativa son tan antiguas como la guerra y la política, el desarrollo de las nuevas tecnologías, la democratización de internet y el “big data” han amplificado sus efectos hasta cotas difícilmente imaginables hace veinte años.
La “desinformación” es una doctrina de origen militar relacionada con el concepto de “guerra híbrida” o “asimétrica” que puede definirse como aquella información deliberadamente falsa y generalmente emotiva creada para ser difundida como arma política y generar relatos que creen discordia y fragmentación social.Ese arma sirve para que “agentes externos” intenten desestabilizar a Estados rivales, pero también la emplean líderes o partidos políticos en el ámbito doméstico para generar confusión, desviar la atención de otros problemas, polarizar y favorecer sus narrativas.
“En muchos regímenes autoritarios la propaganda computacional se ha convertido en un instrumento para el control de la información que se utiliza estratégicamente en combinación con la vigilancia, la censura, y amenazas de violencia”, señala un informe de la Universidad de Oxford. En ese contexto, sobresalen tres líderes políticos de países en desarrollo con elevadas tasas de popularidad y control sobre una población conjunta de 1.588 millones de personas, es decir, en torno al 20 % de los habitantes del planeta- Putin, Duterte y Modi.
Putin.- El presidente ruso es una rara avis entre los líderes que utilizan las redes sociales para comunicarse directamente con el mundo. No tiene Twitter ni Facebook y las cuentas del Kremlin se limitan a transmitir mensajes oficiales. Pero Moscú dispone de un ejército de medios afines, agentes, piratas informáticos, bots y trolls que actúan en beneficio del Gobierno, según diversos estudios. Al menos 20 países han atribuido a Rusia haber interferido en elecciones u otros asuntos internos, entre ellos Estados Unidos, el Reino Unido, Holanda o España en el caso de Cataluña. También la Unión Europea ha alertado de las campañas de desinformación rusas, mientras que la Universidad de Stanford señala además a Rusia por una supuesta injerencia en países africanos. Moscú niega todo y lo atribuye a la “rusofobia”.
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