Organizaciones ligadas al medio ambiente invitan a Luis Abinader a visitar montañas de cenizas de Punta Catalina.
SAN PEDRO DE MACORIS.
Organizaciones ligadas al medio ambiente invitaron al recién electo
presidente Luis Abinader a visitar las montañas de cenizas tóxicas de
Punta Catalina, arrojadas a la intemperie en el batey San José de
Catalina, en la provincia Peravia.
David Montesdeoca, economista y
ambientalista de esta ciudad y miembro del Movimiento Macorís Verde,
explicó que las organizaciones que hicieron la invitación son el Comité
Nacional de Lucha contra el Cambio Climático, el Instituto de Abogados
para la Protección del Medio Ambiente y la Red de Monitoreo Comunitario
de Nizao.
Una delegación de la entidades,
integrada por Tito Olivo Salazar, Euren Cuevas, Raún Cabrera, Ingrid
Paulino, Kelvin Nova, Virtudes Martínez, Juli Saviñón, Héctor Turbí,
Enrique de León y el propio Montesdeoca, entregaron un documento al
asistente personal de Abinader, Estiliano Sánchez, en el Hostal Nicolás
de Ovando de la Ciudad Colonial, donde operan sus oficinas
provisionales.
“Le extendemos esta invitación, porque
no existe nada que pueda reemplazar la experiencia directa con este
alto volumen de residuos peligros que seguirá creciendo al ritmo de 400
mil toneladas al año, durante los cuarenta años de vida útil de la
Termoeléctrica Punta Catalina”, escriben en la misiva dirigida a
Abinader.
En la carta, las entidades le sugieren
al próximo primer mandatario que realice la visita a las montañas de
cenizas de Punta Catalina preferiblemente antes del 16 de agosto
próximo, “para que usted mismo pueda constatar directamente la grave
situación de las montañas tóxicas de Punta Catalina”.
Insisten a que llegue al Batey San
José donde se han vertidos las cenizas “para que usted mismo pueda darse
cuenta del tamaño del problema que enfrenta la provincia Peravia y el
país por la decisión muy desacertada de construir una termoeléctrica a
carbón y en ese lugar”.
En la carta de invitación llamaron a
Abinader a que evite dolores y sufrimientos a más de cien mil personas
que no deben ser sacrificadas para que el país tenga electricidad. “No
es justo ni es necesario”, enfatizan.
Señalan que se trata de un drama
humano que debe solucionarse de forma inmediata, con la urgencia que
requiere el nivel de la amenaza a la que están expuestas la población y
sus medios de vida.
Explican que las cenizas y las demás
fuentes de contaminación de Punta Catalina causan múltiples enfermedades
que producen muertes prematuras, como cáncer de pulmón, asma, enfisema y
otras enfermedades respiratorias, cáncer de la piel, del hígado,
infartos cardio y cerebrovasculares, abortos, daños genéticos y daños
irreversibles al desarrollo del cerebro de las niñas y los niños, además
de esterilidad por disminución de la cantidad de los espermatozoides en
el esperma humano.
También afirman en la carta que los
cultivos de la provincia Peravia son particularmente vulnerables a la
contaminación de Punta Catalina, especialmente de las cenizas tóxicas,
por ser árboles no leñosos como son la caña de azúcar, los frutales
(mangos, aguacates, etc.) y el café.
Indicaron que estas plantas son
absorbentes naturales de los metales pesados y de las microparticulas, y
muy sensibles a la lluvia ácida y a los efectos del O3.
Advierten que la primera consecuencia
económica de esta contaminación será la pérdida de la certificación
orgánica de estos productos, con la consiguiente salida del mercado
preferencial en Europa y en los Estados Unidos.
Plantean que si llegara a la zona un
hidrometeoro, lo que puede ocurrir con mucha posibilidad por estar en
medio de la temporada ciclónica y estar situada en el litoral Sur del
país que es la ruta más frecuente de esos fenómenos en el Caribe, “se
produciría un desastre ecológico sin precedentes, porque el viento y las
lluvias arrastrarían estas montañas de cenizas tóxicas y el carbón
almacenado tierra adentro, anegando el terreno y los cultivos, y
contaminando de manera permanente las fuentes acuíferas de la provincia
Peravia.”
Comunican que las autoridades
municipales, las iglesias, las organizaciones de todo tipo y las
comunidades están de acuerdo con que se deje de producir cenizas y que
se recojan las que han sido vertidas.
Indican que por la proximidad al
litoral, la existencia de un manto friático alto y por estar rodeado de
población y de una gran cantidad de cultivos, estas cenizas no pueden
continuar en ese lugar.
Observan que también existe el
inconveniente de que el traslado de estas cenizas a una zona que tenga
las condiciones para su depósito, resultaría altamente costoso, aunque
externaron la duda de que exista en la isla un sitio adecuado para la
colocación de un volumen tan grande de estos residuos tan peligrosos.
“Por esa y otras razones, todos los
sectores consultados están de acuerdo que las plantas de Punta Catalina
sean convertidas a gas natural, lo cual eliminaría todas las fuentes de
contaminación propias y exclusivas del carbón mineral, y reduciría a
menos de la mitad las emisiones de C02 de estas unidades”, aseguran.
A la salida del Hostal Nicolás de
Ovando, Euren Cuevas, informó a la prensa que el motivo de la presencia
en el lugar de esa comisión era invitar al presidente electo a que fuera
a ver las montañas de cenizas tóxicas de Punta Catalina y expresó que
abrigaban la esperanza de que el próximo Gobierno decida de inmediato la
conversión a gas natural de esta central térmica.
CREDITOS A MACORIS DEL MAR
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