Un mariachi en el metro de Nueva York en días de pandemia
Los escasos usuarios del metro de Nueva York que todavía usan el
transporte público viajan en silencio, con mascarillas que les cubren
nariz y boca y manteniendo la distancia social para evitar el contagio
del COVID-19. Solo el anuncio de las estaciones, el chirriar de las
ruedas y las recomendaciones que se escuchan por la megafonía rompen la
monotonía del viaje, hasta que en el vagón aparece Nelson Vladimir
Salmerón, el mariachi de la Línea 7.
'Para bailar la bamba se
necesita una poca de gracia, una poca de gracia y otra cosita, ¡Ay
arriba y arriba!', canta Nelson, guitarra en mano, ante un público
distraído o concentrado en sus pensamientos y el teléfono móvil.
Alguien
levanta la cabeza como para comprobar que la canción no está siendo
ofrecida por el sistema de megafonía de la red de transporte y mirar de
soslayo al responsable de interpretar el clásico mexicano que irrumpe en
esta mañana neoyorquina de coronavirus.
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