Cifras de la FAO estiman que cerca del 40 % de los haitianos sufría inseguridad alimentaria a comienzos del año
Jean Maître, 53 años, vendedor de zapatos usados y padre de siete
hijos, se quedó sin trabajo hace algo más de un mes desde que el
Gobierno de Haití puso en marcha una serie de restricciones para frenar
el avance del coronavirus y ahora lo acecha el hambre.
Este
vendedor ambulante, uno de entre las decenas de comerciantes que
trabajan en el mercado de Carrefour Trois Mains, cerca del aeropuerto
internacional de Puerto Príncipe, recela de que las medidas de
distanciamiento social afecten a su seguridad alimentaria y a su propia
existencia.
"Para comer, tenemos que estar juntos. Si no tienes
nada, te lo da la persona de al lado", dijo Maître, que reside en
Canaan, la mayor barriada pobre del país, donde muchas personas viven en
condiciones inhumanas y donde, asegura, no llegan las ayudas del
Gobierno.
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