Rusia extiende su cuarentena al fallar el confinamiento
Las autoridades rusas impusieron este lunes una
cuarentena obligatoria en Moscú, San Petersburgo y otras quince regiones
del país después de numerosos casos de incumplimiento del confinamiento
voluntario ordenado la pasada semana.
“Esta es una medida justificada y necesaria para una gran urbe con muchos millones de habitantes que fue la primera (en Rusia) en toparse con el coronavirus”, aseguró ayer el presidente ruso, Vladímir Putin.
“Esta es una medida justificada y necesaria para una gran urbe con muchos millones de habitantes que fue la primera (en Rusia) en toparse con el coronavirus”, aseguró ayer el presidente ruso, Vladímir Putin.
Putin instó a los moscovitas y habitantes de la región de Moscú, unos
20 millones de personas, a tomarse “con la máxima seriedad y
responsabilidad” la cuarentena, y también advirtió a las autoridades de
otras regiones de que el que no aplique las medidas a rajatabla será
acusado de “negligencia criminal”.
Seguidamente, San Petersburgo anunció una medida similar y le siguieron otras quince regiones del país, desde la parte europea de Rusia hasta Siberia y el Lejano Oriente.
Solo dos días después de que Moscú echara el cierre a todos los negocios no esenciales, el Ayuntamiento y también el Gobierno central se vieron obligados a reconocer que “no todos” obedecen la petición de “quedarse en casa”. Las imágenes de negocios abiertos, gente paseando, andando en bicicleta o comiendo al aire libre, ancianos en las iglesias y turistas en el mar Negro demostraron que algunos rusos malinterpretaron las “vacaciones retribuidas” ordenadas por el presidente en su mensaje a la nación.
Seguidamente, San Petersburgo anunció una medida similar y le siguieron otras quince regiones del país, desde la parte europea de Rusia hasta Siberia y el Lejano Oriente.
Solo dos días después de que Moscú echara el cierre a todos los negocios no esenciales, el Ayuntamiento y también el Gobierno central se vieron obligados a reconocer que “no todos” obedecen la petición de “quedarse en casa”. Las imágenes de negocios abiertos, gente paseando, andando en bicicleta o comiendo al aire libre, ancianos en las iglesias y turistas en el mar Negro demostraron que algunos rusos malinterpretaron las “vacaciones retribuidas” ordenadas por el presidente en su mensaje a la nación.


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