La diáspora haitiana ofrece médicos, enfermeras e ideas para enfrentar COVID-19
Varias organizaciones de la diáspora
haitiana pusieron a disposición de los dos países que comparten la
isla una brigada de 100 médicos y enfermeras, haitianos/as y
dominicanos/as que hablan creole y español, en el marco de un paquete de
diez propuestas que buscan contribuir a la gestión oficial ante la
COVID-19.
Las propuestas fueron elaboradas en el
marco de la conmemoración de la Jornada Nacional de la Diáspora, este 20
de abril, por entidades y personalidades de la diáspora haitiana
global, así como por las organizaciones establecidas en la República
Dominicana.
El planteamiento fue formulado por la
Fundación Zilé (isla), la Coalición de Emergencias de las Iglesias de la
Comunidad Haitiana, el Movimiento Socio Cultural de los Trabajadores
Haitianos (MOSCTHA); Salvar a Haití (NAPSA, por sus siglas en creole) y
el Centro de Desarrollo Sostenible (CEDESO).
El
objetivo que mueve a esas instituciones, según precisan, es el de
realizar un aporte a ambos países y animar a un diálogo binacional que,
eventualmente, desemboque en una cooperación para el combate a la
temida pandemia.
En el documento se pasa revista a las
medidas nacionales implementadas por República Dominicana y Haití para,
con posterioridad, presentar el paquete de diez propuestas, y para que
la diáspora haitiana sea tomada en cuenta.
Las propuestas
Las organizaciones sugieren la
incorporación en los programas de asistencia gubernamentales dominicanos
a los antiguos picadores de caña del Consejo Estatal del Azúcar (CEA) y
de otros ingenios, igual que a todo migrante haitiano que tenga un
carné de la Dirección General de Migración (DGM).
Señalaron asimismo, que en un segundo
momento, y con la ayuda de los organismos internacionales competentes
del sistema de las Nacionales Unidas y de la Unión Europea, se inicie la
ejecución de un programa de asistencia humanitaria a favor de quienes
pueden probar su estancia en territorio dominicano desde principios de
2018 “para evitar que, de la crisis sanitaria, lleguemos a una crisis
humanitaria”.
También plantearon que se ponga una
atención particular a los bateyes habitados por dominicanos, domínico
haitianos y haitianos en condiciones de alta vulnerabilidad.
Estimó en alrededor de 14,000 los
haitianos que han retornado a su país por el impacto económico de la
COVID-19, sin los controles sanitarios necesarios.
Según consideran, ese movimiento humano
debe ser formalizado por vía de un programa de retornos voluntarios de
inmigrantes desde territorio dominicano, con la asistencia de la
Organización Panamericana de la Salud (OPS), para fortalecer las
capacidades del Ministerio de Salud de Haití (MSPP) en materia de
control sanitario.
Asimismo, que se cuente con el apoyo de
la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) a través de sus
oficinas en ambos países, para garantizar la reinserción socio
económica de los retornados en Haití, y evitar así un eventual aumento
post-COVID-19 del tráfico y la trata en la frontera.
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