Las medidas de confinamiento que han convertido a las ciudades en pueblos fantasmas están afectando toda su operación, de la producción al trasiego a las ventas.
La pandemia de coronavirus está asestando un golpe al narcotráfico,
paralizando las economías, cerrando fronteras y eliminando las cadenas
de suministros en China de la que dependen los traficantes para la
obtención de los químicos para fabricar drogas rentables como la
metanfetamina y el fentanilo.
Uno de los principales proveedores que suspendió sus actividades se encuentra en Wuhan, el epicentro del COVID-19.
Entrevistas
realizadas por The Associated Press a cerca de dos docenas de agentes
de cuerpos policiales y expertos en tráfico de drogas revelaron que los
cárteles de México y Colombia continúan con sus actividades, como lo
evidencian los recientes decomisos de drogas, pero las medidas de
confinamiento que han convertido a las ciudades en pueblos fantasmas
están afectando toda su operación, de la producción al trasiego a las
ventas.
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