El papa pide hacer el bien en estos 'momentos difíciles para todos'
El papa Francisco pidió este miércoles practicar la misericordia y hacer el bien en estos momentos 'particularmente difíciles para todos', durante la audiencia general, de nuevo sin fieles para evitar contagios de coronavirus.
'Pidamos
al Señor que, en este momento particularmente difícil para todos,
podamos redescubrir dentro de nosotros su presencia que nos ama y nos
sostiene, y de ese modo ser portadores de su ternura a cuantos nos
rodean con obras de cercanía y de bien', dijo, en su saludo a los fieles
de lengua española.
Francisco celebró de nuevo esta audiencia
sin fieles, en el Palacio Apostólico y no en la plaza de San Pedro, para
evitar las aglomeraciones, y estuvo acompañado solo por los prelados
que leen su catequesis en varios idioma, separados prudencialmente entre
sí.
De hecho
Francisco, que acaba de cumplir siete años de papado, reconoció que en
su primer Ángelus, en marzo de 2013, sintió el deber de 'dar siempre
este mensaje, todos los días'.
Al
término de la audiencia, el papa dijo que la iniciativa de oración '24
horas por el Señor' no podrá celebrarse en Italia y en los países más
afectados por el coronavirus, pues se prohíbe toda manifestación
pública, y pidió a los fieles afectados rezar por su cuenta.
Por ejemplo emite la misa matutina en su residencia privada, la Casa
Santa Marta, para acompañar a las personas en cuarentena. Hoy recordó en
su homilía a los médicos y trabajadores sanitarios muertos en la lucha
contra el coronavirus en los hospitales.
'Recemos por los
difuntos, aquellos que a causa del virus, han perdido la vida. En modo
especial querría que recemos por los trabajadores de la salud, han
muerto en estos días, han dado su vida por el servicio a los enfermos',
reconoció el papa.
Además, este miércoles el pontífice aparece en
las páginas del diario 'La Repubblica', en una entrevista en la que
asegura que en estos días de aislamiento y cuarentena 'podemos
redescubrir los pequeños gestos de cercanía hacia personas cercanas, una
caricia a los abuelos, un beso a nuestros niños, a las personas que
amamos'.
'Son gestos importantes, decisivos. Si vivimos estos
días así no serán un desperdicio. Comprender que en las pequeñas cosas
está nuestro tesoro. Hay gestos mínimos que a veces se pierden en el
anonimato de la cotidianeidad. Un plato caliente, una caricia, un
abrazo, una llamada telefónica', refirió.
Pues a su juicio a menudo las personas viven una comunicación 'solo virtual'.
'Debemos
sin embargo descubrir una nueva cercanía, una relación concreta hecha
de atenciones y paciencia', dijo, para después advertir de la frecuente
falta de comunicación en las familias.
'A veces en casa se come
en un gran silencio que sin embargo no tiene que ver con una escucha
recíproca, sino porque los padres ven la televisión y los hijos están
con el teléfono. Son como muchos monjes aislados el uno del otro, no hay
comunicación', lamentó.
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