Verdugo de Geraldine Sánchez rechaza que sea un asesino
“Lamento mucho la situación, pero yo no soy un asesino. Jamás quise hacerle daño a la madre de mi hijo”. Con estas palabras el imputado Martín Batista Ogando trató de influir ante los jueces de la Corte de Apelación del Distrito Nacional para que le disminuyan la condena de 30 años por el asesinato de su expareja Geraldine Sánchez.
Durante su comparecencia ante los jueces de la Tercera Sala Penal de la Corte de Apelación del Distrito Nacional, Batista Ogando solicitó que se anule en su totalidad la sentencia por la que fue condenado y se celebre un nuevo juicio, pues considera que la pena que le impusieron es injusta y arbitraria.
Sus
abogados quieren que el tribunal varíe la calificación jurídica de los
hechos por el que fue juzgado, ya que aseguran lo ocurrido no fue un
asesinato, sino un homicidio involuntario, lo cual alega fue corroborado
por los testigos del caso.
La
defensa de Martín Batista Ogando alega que este no planificó el
asesinato, sino que “se le zafó un tiro” del arma de fuego, la cual “es
defectuosa y por eso ese modelo fue sacado del mercado”.
Agrega
que luego de que “el arma se disparara sola” el acusado huyó de la
escena del crimen porque uno de los compañeros de trabajo de Geraldine
le cayó atrás con una pistola y “se fue para preservar su vida”.
Contrario
a lo que establece el condenado, el Ministerio Público solicitó a la
Corte que le ratifique la sentencia de 30 años a Martín Batista Ogando,
porque lo ocurrido fue un asesinato.
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