Resolución de la JCE es insuficiente para controlar uso de recursos y abusiva participación de funcionarios en campaña política
El Movimiento Cívico Participación Ciudadana consideró que la
Resolución 033-2019, dictada por la Junta Central Electoral (JCE) es
insuficiente y poco eficaz para controlar el uso de los recursos
públicos y la abusiva participación de los funcionarios del gobierno en
las campañas electorales.
El director ejecutivo del Movimiento Cívico, Carlos Pimentel,
aseguró que la interpretación que hace la JCE, otorgando carta abierta a
los funcionarios fuera de su horario laboral, no es útil para controlar
a los más altos funcionarios del Estado, incluyendo al Presidente de la
República, ministros, directores generales y cualquiera que maneje
recursos públicos. Tampoco para los alcaldes, gobernadores, presidentes
de cámaras del congreso, entre otros.
“Estos funcionarios no tienen horario fijo y dondequiera que se
mueven, no solo van con escoltas y un despliegue de recursos a su
disposición, sino que además comprometen el presupuesto con promesas y
dadivas, aprovechándose de las múltiples necesidades de la población”,
afirmó Pimentel.
A lo largo de toda la historia de la nación este ha sido uno de los
elementos que ha afectado la democracia. Funcionarios públicos de todos
los niveles que se han prevalido de su poder para incidir en favor de
los candidatos de su partido. “Participación Ciudadana desde su
fundación se ha pronunciado contra esa práctica, y por eso propugnó por
su prohibición en la Constitución de la República la Ley Electoral y la Ley de Función Pública.
La Junta Central Electoral tiene la función de establecer
reglamentaciones específicas para garantizar que esto se cumpla
efectivamente, y para tal fin debería hacer una interpretación estricta
de las leyes y que sea favorable al interés general de la nación”,
declaró el director ejecutivo de la organización.
El Movimiento Cívico Participación Ciudadana exhorta a la Junta
Central Electoral a ampliar y profundizar los controles sobre los
recursos públicos y eso implica, necesariamente, verdaderas y efectivas
restricciones a los funcionarios públicos como ocurre en la mayoría de
los países democráticos, ya que sin el control del uso de los recursos
públicos no hay proceso electoral libre, equitativo y transparente.
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