Crisis en Venezuela afecta también a fanáticos del béisbol
DEPORTE
CARACAS. Durante
una década, desde que se hicieron amigos en el trabajo por su afición
compartida por el béisbol, Franlet Bencomo y Elbert Albarrán han acudido
siempre juntos al juego inaugural de la temporada.
Pero este año, decidieron no llevar a sus hijos. Además, tomaron un desayuno abundante antes de dirigirse a ver a sus amados Leones del Caracas. No querían que les diera hambre en el parque, donde un hot dog cuesta más del 10% del salario mínimo de unos 30 dólares que cada uno devenga en su empleo.
“Ahora hay que venir tras haber comido, a ver tu juego e irse a la casa”, explicó Bencomo, formado en la fila para comprar boletos seis horas antes de que comenzara el encuentro del viernes, que marcó el comienzo de la campaña. “No hay chance de otra cosa”.
Y en todo el país, al ponerse en marcha la actividad de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional, los fanáticos realizan sacrificios similares para seguir alimentando su pasión por la pelota.
Pero este año, decidieron no llevar a sus hijos. Además, tomaron un desayuno abundante antes de dirigirse a ver a sus amados Leones del Caracas. No querían que les diera hambre en el parque, donde un hot dog cuesta más del 10% del salario mínimo de unos 30 dólares que cada uno devenga en su empleo.
“Ahora hay que venir tras haber comido, a ver tu juego e irse a la casa”, explicó Bencomo, formado en la fila para comprar boletos seis horas antes de que comenzara el encuentro del viernes, que marcó el comienzo de la campaña. “No hay chance de otra cosa”.
Y en todo el país, al ponerse en marcha la actividad de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional, los fanáticos realizan sacrificios similares para seguir alimentando su pasión por la pelota.
Y los precios de las entradas siguen siendo un misterio. Muchos clubes los ajustan cada semana para seguirle el paso a la inflación, que de acuerdo con un estimado del Fondo Monetario Internacional llegará pronto a 10 millones por ciento.
La
hiperinflación ha pulverizado los ingresos, y los precios de los
boletos se han vuelto prohibitivos para muchos. Otros evitan ir al
parque por el temor a los asaltos en las calles o porque no saben cómo
volverán a casa, dada la crisis nacional del transporte. En respuesta,
se realizan más juegos diurnos.
Los ocho clubes profesionales de Venezuela pasan penurias. Por segundo año consecutivo, la petrolera estatal PDVSA debió inyectar 12 millones de dólares para cubrir desde el costo de las pelotas importadas hasta los salarios de los siete jugadores extranjeros _en su mayoría prospectos de las ligas menores en Estados Unidos_ en el roster de cada equipo.
Durante el receso previo a la campaña, vándalos ingresaron en distintos estadios y se robaron los grifos de agua de los baños. Los encargados del mantenimiento del terreno han enfrentado dificultades por la escasez de agua en distintas ciudades.
Y los precios de las entradas siguen siendo un misterio. Muchos clubes los ajustan cada semana para seguirle el paso a la inflación, que de acuerdo con un estimado del Fondo Monetario Internacional llegará pronto a 10 millones por ciento.
En Maracaibo, la segunda ciudad más grande de Venezuela, la situación es tan adversa que las Águilas del Zulia cancelaron su juego inaugural y otros cinco como locales este mes, luego de que un inspector contratado por la oficina de las Grandes Ligas en Estados Unidos determinó que el diamante no cumplía con los requisitos mínimos de seguridad. El club informó que fueron robados los cables de cobre en varias torres de alumbrado, y que el gobierno estatal, dueño del inmueble, no había reunido la suma relativamente modesta de 39.000 dólares que se necesitaba para reparar el sistema de iluminación.
Los ocho clubes profesionales de Venezuela pasan penurias. Por segundo año consecutivo, la petrolera estatal PDVSA debió inyectar 12 millones de dólares para cubrir desde el costo de las pelotas importadas hasta los salarios de los siete jugadores extranjeros _en su mayoría prospectos de las ligas menores en Estados Unidos_ en el roster de cada equipo.
Durante el receso previo a la campaña, vándalos ingresaron en distintos estadios y se robaron los grifos de agua de los baños. Los encargados del mantenimiento del terreno han enfrentado dificultades por la escasez de agua en distintas ciudades.
Y los precios de las entradas siguen siendo un misterio. Muchos clubes los ajustan cada semana para seguirle el paso a la inflación, que de acuerdo con un estimado del Fondo Monetario Internacional llegará pronto a 10 millones por ciento.
En Maracaibo, la segunda ciudad más grande de Venezuela, la situación es tan adversa que las Águilas del Zulia cancelaron su juego inaugural y otros cinco como locales este mes, luego de que un inspector contratado por la oficina de las Grandes Ligas en Estados Unidos determinó que el diamante no cumplía con los requisitos mínimos de seguridad. El club informó que fueron robados los cables de cobre en varias torres de alumbrado, y que el gobierno estatal, dueño del inmueble, no había reunido la suma relativamente modesta de 39.000 dólares que se necesitaba para reparar el sistema de iluminación.
FUENTE: DIARIO LIBRE
0 Comentarios:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.
Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]
<< Página Principal