viernes, 15 de septiembre de 2017

Zonas afectadas por terremoto en México enfrentan ahora a la tormenta Max

INTERNACIONAL

MÉXICO. Las zonas más afectadas por el terremoto de magnitud 8,2 en la escala de Richter que hace una semana sacudió el centro y el sur de México, dejando hasta ahora 98 muertos, enfrentan ahora la amenaza de la tormenta Max, que ayer tocó tierra con fuerza de huracán en el estado de Guerrero.

El secretario de Trabajo y Previsión Social, Alfonso Navarrete, declaró en una entrevista telefónica con la emisora Radio Fórmula que el impacto del sismo “se agudizó porque pegó en los dos estados más pobres de México, y ahí está la mayor tasa de informalidad”
laboral.

Ello, de acuerdo con el ministro, “significa que la gente que vive en estos municipios afectados no tiene prestaciones, no tiene seguridad social, no tiene trabajo fijo, no tiene acceso a vivienda”.
“Al destruírsele su vivienda, el tamaño del daño se tiene que medir en función de que se le acabó todo su patrimonio, se le acabó su historia de vida patrimonial”, ahondó.

Expuso que muchos damnificados no han aceptado irse a albergues por temor a perder los pocos bienes que lograron salvar.

“Con la lluvia que va a venir en los próximos días en estas zonas de estos estados, Oaxaca y Chiapas, las condiciones pueden cambiar desfavorablemente”, apuntó Navarrete desde Tuxtla Gutiérrez, capital del estado suroriental de Chiapas.

Al secretario de Trabajo y Previsión Social le correspondió supervisar la cuantificación de los daños en 17 municipios de Chiapas en el despliegue de miembros del Gabinete que el presidente Enrique Peña Nieto ordenó en días recientes.

A esa cuantificación, que debe terminar esta semana y que constituye la segunda fase de la respuesta gubernamental a las consecuencias del terremoto, seguirá la etapa de reconstrucción, para la cual Peña Nieto ha solicitado el concurso de la iniciativa privada, principalmente las empresas constructoras.
De hecho, el presidente se reunió la noche del miércoles con el sector empresarial y la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción, a fin de coordinar acciones de ayuda a los damnificados.

Pero la primera fase, consistente en la atención de urgencia a la población damnificada, continúa con la llegada de asistencia humanitaria de todo el país, si bien no a la velocidad que requieren los afectados.
Según lo expresado por el ministro Navarrete, la tarea podría verse dificultada aun más por las lluvias que se prevén para los próximos días, asociadas con la llegada del huracán Max.

El ojo de Max tocó tierra la tarde de este jueves en las cercanías del poblado de Pico del Monte, estado sureño de Guerrero, antes de degradarse a tormenta tropical, informó el Servicio Meteorológico Nacional.
“Su circulación ocasiona lluvias intensas a torrenciales, vientos fuertes y oleaje elevado en Guerrero, Oaxaca (sur) y Michoacán (suroeste)”, señaló.

El Sistema Nacional de Protección Civil decretó alerta roja (peligro máximo) por Max en las costas de Guerrero y naranja (peligro alto) en las de Oaxaca, el estado más castigado por el poderoso terremoto del 7 de septiembre.

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