El embrión tiene dos cabezas, cada una con su propia boca y cerebro; al igual que dos corazones, esófagos, estómagos, hígados y columnas vertebrales. Sin embargo, curiosamente, cuenta con un solo intestino.
Según los académicos, esta especie bicéfala es el resultado de una mutación genética y su descubrimiento ayudará a comprender mejor cómo viven animales con dos cabezas.