viernes, 12 de junio de 2015

Cuál es el afán...

...con las repatriaciones, pues de tanto repetir que viene el lobo, lo que se está creando es un estado de pánico, que hará imposible salvarnos de cualquier acusación internacional.

Me parece extraña la campaña en favor de que las repatriaciones comiencen al minuto de terminarse el plazo. Sé que ésa no es la intención del Gobierno, que se ha manejado de manera serena sobre el tema, sin dejarse narigonear por ninguno de los sectores envueltos.

Pero parece haber gente interesada en crear las condiciones para una nueva condena internacional al país.

Las denuncias parecen buscar la creación de ghettos, donde los pasibles de ser deportados se escondan, sobre todo en las ciudades más pobladas, y la fuerza pública pueda ser acusada de atrocidades nazis al hacer las redadas.

Cuando se hagan deportaciones, y habrá que hacerlas, porque es un derecho de soberanía al que no podemos renunciar, nadie nos librará de las quejas. La lección que espero hayamos aprendido, es a hacer las cosas como manda el protocolo, sin que a un guardia se le pase la mano, y sin que la falta de recursos se convierta en un motivo de escándalo.

Tenemos que ser rigurosos con los procedimientos, y en el manejo de las deportaciones. Hay que comenzar por lo obvio: todo extranjero que haya cometido delitos o haya sido declarado indeseable por su conducta, debe ser deportado primero, y así sucesivamente.

Mucho cuidado con dejarnos embobar de nuevo.

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