lunes, 6 de octubre de 2014

Dignísima plata de España

 
La literatura y la historia están repletas de grandes batallas. David derrotó a Goliat con una onza y una piedra; Numancia resistió las embestidas romanas durante años y a Persia le costó deshacerse más de la cuenta de Leónidas y sus espartanos en la defensa de las Termópilas. Enfrentamientos desiguales y heroicos como el que se produjo sobre la pista del Ulker Sports Arena, con un equipo de otro planeta, Estados Unidos, y otro valiente y descarado, España, pero que nada pudo hacer para forzar la sorpresa y provocar el segundo tropiezo en el historia del basket femenino estadounidense en los últimos veinte años. El balance desde esos Juegos de Atlanta es de 86-1.
“Sé de qué es capaz Maya Moore”, comentabaLucas Mondelo, que la conoce bien de China, donde tiene el honor de entrenarla. La mejor jugadora del mundo, que le ha robado esa etiqueta a su compañera de equipo Diana Taurasi, encadenó casi ocho puntos seguidos que pusieron el +10 en el marcador a favor de las de Auriemma (15-5). Y habían pasado solo cinco minutos.
La zona se blindaba para España con las dos torres americanas, que en cambio lo metían todo en la pintura (9/9 en el primer de asalto), con Taurasi dominando el tempo del partido e hinchándose a asistencias: cinco en el arranque. Los balones no llegaban a Lyttle y sólo el desparpajo de Silvia Domínguez y Anna Cruz, el antídoto Mondelo antiatascos, y la pujanza de Laura Nicholls, que incluso se encaró ante la gigante Griner (2,03), permitieron que la ventaja no fuera a más (24-17). De nuevo Moore saltó a pista y en un abrir y cerrar los ojos Estados Unidos ya tenía medio oro colgado al cuello: 44-21, min. 17.
Pero la derrota no puede quitarle mérito a un campeonato que ha rozado la perfección. En dos años, España ha pasado de estar peleando en un Preeuropeo a subirse al segundo cajón más alto en un Mundial, algo que parecía impensable hace años. Y no tantos. Todo se ha conseguido con un equipo en el que Mondelo ha hecho encajar las piezas, con dos figuras maestras: Sancho Lyttle y Alba Torrens, ambas en el quinteto ideal. La nueva alero del Ekaterimburgo no tenía el día (0 de 6 en tiros), pero en el tercer cuarto metió un triple, acompañado de resoplido de alivio. Alba se fue hasta los diez puntos y España se puso deberes: intentar bajar de los 20. Lo consiguió (77-64).
Este domingo se enfrentaron dos baloncestos de dos mundos diferentes, pero con unas guerreras de plata que auguran batallas futuras. España ya se marca nuevos retos. Sólo le queda subir a un podio y precisamente al de los Juegos. Río espera en dos años.
Cortesia de: AS

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