lunes, 2 de junio de 2014

Ronquera, hipo, dolor de garganta… son síntomas de reflujo

El tratamiento de los molestos síntomas es lo principal, pues impactan fuertemente la calidad de vida del paciente
El tratamiento de los molestos síntomas es lo principal, pues impactan fuertemente la calidad de vida del paciente. Shutterstock y fuente externa
El esófago es el conducto por el que viajan los alimentos de la garganta al estómago. Al final de su recorrido un esfínter se encarga de abrir y cerrar la comunicación. Cuando la presión de este músculo disminuye, tanto los alimentos como el jugo gástrico pueden salir de la cavidad estomacal, produciendo irritación o daño permanente en el esófago, que no es capaz de resistir la acción de los ácidos estomacales.
Este episodio es llamado reflujo gastroesofágico y puede presentarse con síntomas como acidez gástrica o dolor en el pecho, náuseas después de comer, sensación de tener comida atorada o “repetir” la comida, como se llama popularmente a la regurgitación.
También podrían aparecer otros síntomas menos comunes, como tos, dificultad para tragar, hipo, cambios en la voz, ronquera o dolor de garganta.
Qué lo provoca. Diversos factores pueden favorecer la aparición del reflujo esofágico. El gastroenterólogo hepatólogo Sidney Espinosa señala entre estos la hernia hiatal –cuando una parte del estómago sale del diafragma–, la obesidad, el estreñimiento y el embarazo.
Además “se ha demostrado recientemente que la presencia de un bolsillo ácido en el estómago después de las comidas es una causa del reflujo gastroesofágico”, dice Espinosa. Ese bolsillo es una acumulación de ácidos que se coloca en la parte superior del estómago después de ingerir ciertos alimentos como el chocolate, el café, grasas y picantes.
El reflujo gastroesofágico es en muchos casos un indicio de malos hábitos de nutrición y estilo de vida. El especialista, encargado del área de gastroenterología del Instituto Nacional del Cáncer Rosa Emilia Tavárez, resalta que el incremento en los índices de obesidad ha provocado un aumento en las consultas por reflujo gastroesofágico. “Además, la dieta es determinante ya que hay alimentos que disminuyen la presión del esfínter esofágico inferior, tales como las grasas, el alcohol, el cigarrillo y acostarse inmediatamente después de la comida. Asimismo el consumo de comida chatarra ha influido en el aumento de casos de reflujo”. El tratamiento de los molestos síntomas es lo principal, pues impactan mucho la calidad de vida del paciente.
Espinosa señala que “la mayoría de estos síntomas son nocturnos y dificultan el sueño. También se presentan síntomas extra digestivos: ronquera, tos seca, laringitis, faringitis e incluso asma. El reflujo puede convertirse en esofagitis leve, moderada y severa. Si no se trata, la mayor complicación es el esófago de Barrett, que es el cambio de tejido de esófago por gástrico. Esta es una condición pre-maligna que puede evolucionar a cáncer de esófago”, dice el expresidente de la Sociedad Dominicana de Gastroenterología.
Cambia tu vida. Pequeños cambios como bajar de peso, mejorar la dieta, no acostarse después de comida y cenar ligero pueden mejorar el reflujo, pero es imprescindible consultar a su médico para llevar un tratamiento adecuado.
“Con la automedicación el paciente generalmente no se cura, pues no se realiza con criterio científico. El tratamiento medicamentoso debe combinarse con medidas higiénicas, dietéticas y posturales sugeridas por un especialista”.

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