miércoles, 8 de enero de 2014

También en los sectores de la clase alta desaprensivos ocupan calles y aceras

En la avenida Luis F. Thomen, próximo a la avenida Núñez de Cáceres, las aceras son los estacionamientos de los clientes de los negocios que operan en la zona.
Igual que en los barrios de la parte alta, transitar a pie en los sectores residenciales de la capital es casi imposible. Las aceras están ocupadas por materiales de construcción de compañías que levantan grandes torres de apartamentos, empresas, restaurantes y residencias que utilizan esos espacios para estacionar los vehículos de empleados y visitantes, así como vecinos que limpian sus patios y lanzan las malezas a las calles.
Hoyos en las aceras, grandes troncos de árboles, lavaderos de carros, gomeros, los botellones de agua de los colmados y las casetas de los fritureros obligan a los peatones a transitar por el pavimento y exponerse a ser atropellados por algún vehículo. Pero además, los grandes colegios privados constituyen un gran dolor de cabeza para los automovilistas que transitan por sus alrededores, en las primeras horas de la mañana y pasado el mediodía, debido a los “enredos” que provocan en el tránsito.
La grave situación quedó evidenciada durante un recorrido de El Nacional por los sectores Piantini, ensanche Naco, La Esperilla, El Millón, Miraflores, ensanche Quisqueya, Bella Vista, Evaristo Morales, Los Cacicazgos, Gascue, Miramar, la Ciudad Colonial y otros. Algunos ejemplos. En la esquina de las calles Luis F. Thomen y Carmen Mendoza de Corniell, en el ensanche Quisqueya, una cafetería y una tienda de electrodomésticos ubicadas a en plena acera afean el entorno.
En esa y otras calles, múltiples tiendas de ropa nueva y usada utilizan las aceras para exhibir su mercancía, arrabalizando la zona. En el ensanche Piantini, en la esquina de las calles Heriberto Pieter y Gracita Álvarez, las raíces de dos grandes árboles obligan a los peatones a lanzarse a las calzadas y exponerse a ser atropellados por los vehículos.
En la avenida Enriquillo, una companía constructora hace excavaciones para construir una torre de varios pisos, pero dejó el gran orificio sin la malla protectora que se acostumbra en esos casos y expone a los peatones a caer en el mismo. Empero, ninguna autoridad hace uso de la ley para evitar que los espacios públicos sigan siendo utilizados de manera indiscriminada, en perjuicio de la ciudadanía.
UN APUNTE
Habla  el Codia
El ingeniero Aridio Santos, presidente nacional del Colegio Dominicano de Ingenieros, Arquitectos y Agrimensores (Codia), dijo que la costumbre de lanzar desperdicios en calles y aceras atenta contra el libre tránsito peatonal y vehicular y ha provocado accidentes lamentables.
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