Transición energética en América Latina

 

San pedro de macoris,RD.

10 de Noviembre 2022.

Primera Parte.

Republica Dominicana como América latina, Tiene un gran problema de Energías, Que en la historia ha sido un dolor de cabeza para los Gobiernos de Turno , Retrasando el Desarrollo equitativo de las sociedad. Cuando No es la producción , es el Precio , La comercialización o la Distribución , y muchas veces todos los elementos juntos, Además  del sistema de producción basado en Combustibles Fósiles , Los cuales acarrean muchos Problemas asociados como son; Contaminación del Aire , Particulados, Cenizas de Carbón , Producción de Co2, Dificultad de Abastecimientos , Precios medalaganarios, Etc.}

Todos los países de América Latina buscan, por diversos medios, aumentar su capacidad efectiva de generación eléctrica y de abastecimiento de hidrocarburos. Estos planes se encuentran estrechamente relacionados con las políticas neoliberales que, vía endeudamiento, han generado condiciones para que los países aumenten su infraestructura energética. Así, en muchos de los países de América Latina, los planes de expansión y gran parte de la energía generada se diseñan para abastecer la gran minería, industrias de extracción y refinación de petróleo, industrias textiles, ingenios azucareros, entre otras, que se conocen como industrias o actividades electro intensivas por los grandes consumos energéticos que requieren; en un segundo renglón, se diseñan para el comercio internacional de la energía.

 Bajo esta lógica la región se ha establecido como exportadora neta de energía; el 40% de la producción de petróleo se exporta y la electricidad se proyecta en función de garantizar la expansión de actividades extractivas y sus afines. Estos proyectos a su vez encuentran asidero en los discursos institucionales que justifican estas actividades bajo el supuesto de que el modelo económico depende de los ingresos de las exportaciones de minerales, de gas y de petróleo pese a que la balanza fiscal del sector energético muestra que el cruce del pago de regalías e impuestos frente a subsidios, exenciones de impuestos y planes de manejo ambiental de las áreas intervenidas presentan déficit.

El modelo de sociedad actual diseña sus políticas con relación al desarrollo y al abastecimiento energético. Aunque usualmente se tiene la tendencia a entender la energía como la electricidad que provee a industrias, sistemas de transporte y viviendas, una parte sustancial es la que usan el transporte de carga, pasajeros y el aparato militar, por lo que hay una fuerte necesidad de contar con fuentes suficientes de carbón, gas y petróleo para que los negocios alrededor del mundo funcionen. La energía está en el centro de cualquier sociedad. El modelo energético basado en fósiles, y en particular el del petróleo, está en el centro del sistema capitalista, por lo cual se han puesto en marcha estrategias de apropiación de los bienes naturales, en especial los minerales que representan grandes márgenes de utilidad y posibilitan el dominio tecnológico y militar.

Los Sistemas Interconectados Nacionales de electricidad basan su lógica en la centralización, y generan un porcentaje considerable de pérdidas en el transporte de la energía, que luego son cargadas a los usuarios en el cálculo de la tarifa. También se diseñan proyectos, que luego cuando se construyen, gastan más de lo presupuestado, aumentando posteriormente los costos de la generación. A pesar de que las represas representan la más alta eficiencia energética, esto no termina por materializarse en el precio final del kilovatio hora. Con respecto al petróleo, el sistema lleva a una ineficiencia cada vez mayor, puesto que cada vez se necesita más energía para extraer un barril de petróleo. Esto es lo que se conoce como tasa de retorno energético.

CONFLICTOS AMBIENTALES

Los pasivos ambientales que generan las actividades minero energéticas están siendo asumidos por las comunidades locales. Por lo general, los Estudios de Impacto Ambiental que presentan las empresas subdimensionan  los efectos y, por tanto, las medidas de mitigación de las cuales se ufanan son irrisorias frente a los impactos generados. Por otra parte, la calidad de agua por efecto del embalsamiento de las aguas en represas hidroeléctricas se ve alterada por la aparición de cianobacterias que implican afectaciones a la salud de las comunidades que interactúan en las cuencas, por la ruptura de las dinámicas naturales de la vida que implica la desaparición de especies endémicas o la migración de especies a otras cuencas. También es característico que la actividad petrolera implique derrames de hidrocarburos que contaminan aguas superficiales y subterráneas; y con técnicas como la fractura hidráulica o fracking, se contaminarían acuíferos, extendiendo sus efectos en el tiempo y a miles de kilómetros, tal como ha sucedido en Argentina. La construcción de pequeñas centrales hidroeléctricas que toman caudales de los ríos sin devolverlos a la cuenca, o que construyen túneles de desviación, han hecho que cientos de quebradas y arroyos desaparezcan, presionando a las comunidades a desplazarse, cambiar de vocación y otros impactos concatenados. Similares efectos se generan sobre la fauna local.

Se generan conflictos sociales en los territorios en relación con la destrucción de formas de vida, y la afectación de bienes comunes como bosques, ríos, lugares sagrados y zonas de producción de alimentos o de aguas. La consulta previa solo aplica a las comunidades indígenas y afrodescendientes, pero por lo general, no de manera vinculante, y con tiempos de concertación limitados o que no obedecen a la necesidad de reparación o actuación. Los estudios realizados en los proyectos no observan las dinámicas socioculturales de los territorios, ocasionando que la mayoría de las personas afectadas no sean tenidas en cuenta en los censos que realizan las empresas; además, es costumbre que en las medidas de indemnización no se reconozca la diversidad de actividades que realizan las personas para su subsistencia. Por ejemplo, a alguien que se dedica para sobrevivir a la pesca, agricultura, “barequeo" y/o “jornaleo”, solo se le reconoce una de las actividades, aquella a la que dedican mayor parte del tiempo, imponiendo precios y tarifas sin tener en cuenta la voz y necesidades reales de las comunidades.