La pandemia de la COVID-19 hace aún más duro el trabajo en morgues de Bolivia
Antes de la pandemia una morgue en Bolivia recibía unos tres cuerpos sin vida a la semana, pero ahora llega a acumular hasta treinta, teniéndolos que dejar algunos en el suelo.
'Está
bien saturado, estamos recibiendo también las personas que mueren en la
calle o en su domicilio', relata a Efe Carlos Faustino Tapia, que a sus
32 años lleva desde adolescente trabajando en una morgue de la ciudad
boliviana de Santa Cruz, la más golpeada por la COVID-19 en Bolivia.
'Está
duro el trabajo', comenta mientras coloca junto con un compañero uno de
los cuerpos en un plástico negro, que cierran hermético y sobre el que
pegan un papel con los datos que identifican al fallecido en la morgue
del hospital municipal Pampa de la Isla.
CREDITOS A DIARIO LIBRE


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