Muerte de Floyd, un drama que no es exclusivo de EEUU
Cada vez que muere un afroamericano a manos de la policía en Estados Unidos, como es el caso de George Floyd, la noticia tiene repercusión internacional.
El
rostro de Floyd, fallecido cuando un agente presionó su cuello con la
rodilla al detenerlo en Minneapolis, aparece hoy en paredes desde
Nairobi (Kenia) hasta Idlib (Siria). Jugadores de fútbol escriben su
nombre en sus camisetas y multitudes de manifestantes corean su nombre
desde Londres hasta Ciudad del Cabo, Tel Aviv y Sydney.
El malestar refleja la influencia y fascinación de Estados Unidos, pero también indica que la desigualdad racial no es un fenómeno exclusivamente estadounidense.
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