Velatorio de Cabeza Fernández será en Santo Domingo y San Pedro de Macorís
Los restos mortales de quien en vida fue “un excelente pelotero y gran caballero”, Octavio Antonio Fernández (Tony -Cabeza-
Fernández), serán expuestos el martes 25 a las 9:00 de la mañana en la
funeraria Blandino de la avenida Abraham Lincoln en Santo Domingo y al
día siguiente, el miércoles, llevados a San Pedro de Macorís, su pueblo
natal, para el velatorio final hasta iniciar el recorrido a su última
morada, el cementerio El Tamarindo, donde reposan los restos de sus
padres, a la entrada de la ciudad.
Su cadáver estará expuesto al público en el Tetelo Vargas en San Pedro de Macorís a partir de las 2:30 de
la tarde, en un acto abierto a todos los fanáticos del béisbol y
público en general que deseen junto a la familia Fernández Guzmán
despedir a este dominicano, gloria del deporte mundial.Octavio Antonio Fernández Castro, murió a la edad de 58 años por
complicaciones renales luego de padecer problemas renales, neumonía
severa por lo que duró varios días en un “coma inducido” y estuvo
conectado a una máquina de “soporte vital”, en el hospital Cleveland
Clinic Weston de Florida, en los Estados Unidos.
Nació el 30 de junio de 1962 en San Pedro de Macorís. Le sobreviven
su viuda Clara Victoria Guzmán y sus hijos Joel Octavio, Jonathan David,
Abraham Antonio, Andrés Augusto y Jasmine Victoria.
El estelar Tony Fernández jugó en las Grandes Ligas con los equipos los Azulejos de Toronto por
12 temporadas, dos con los padres de San Diego, con los Yankees de
Nueva York, también formó parte de Los Indios de Cleveland y Cerveceros
de Milwaukee, Rojos de Cincinnati y Mets de Nueva York, sumando así un
total de 17 campañas en las ligas mayores de béisbol.
Obtuvo
grandes logros y reconocimientos en varias ligas de béisbol durante sus
destacadas participaciones en los torneos profesionales de la República
Dominicana especialmente junto al equipo azul de los Tigres del Licey.
En 2008 Fernández se convirtió en el primer dominicano en ingresar al Salón de la Fama del Béisbol
canadiense. Posteriormente su carrera fue reconocida en República
Dominicana. En 2008 se convirtió en el primer dominicano en ingresar al
Salón de la Fama del Béisbol canadiense.
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