Coronavirus enfría actividades económicas en el mundo
BEIJING — Las actividades económicas a nivel mundial han empezado a enfriarse debido al brote del nuevo coronavirus en China.
Los criadores de visón en Dinamarca cancelaron una subasta debido a
que los compradores chinos no pueden asistir por las restricciones
impuestas a los viajes para contener la enfermedad.
Las aerolíneas han cancelado 25.000 vuelos hacia
China, así como en el interior del país, debido a la caída de las ventas
de boletos, según el proveedor de información de viajes OAG. General
Motors Co., y otros fabricantes de autos han recomendado a sus empleados
restringir sus viajes a China, su mercado más grande.
El martes, el enclave chino de Macao anunció que los casinos dos semanas como medida de precaución.
Por su parte, Hyundai Motors dijo que suspendería su producción en
Corea del Sur debido a una interrupción en el suministro de partes a
causa del brote. Dijo estar buscando proveedores alternativos en otras
regiones.
Las compañías internacionales dependen cada vez más de China, la
segunda mayor economía del mundo, porque se ha convertido en un
importante mercado para alimentos, vehículos, boletos de cine y otros
productos. Sin embargo, ello los deja más expuestas que nunca a las
secuelas de esta abrupta picada.
La Muestra Aérea de Singapur, cuya inauguración está prevista para la
semana entrante, anunció el martes la cancelación de una conferencia de
negocios debido a la ausencia de participantes chinos.
Los ingresos por turismo en Tailandia y otros destinos en Asia, donde
los chinos representan el 30% de los visitantes extranjeros, se
desplomaron porque Beijing canceló la salida de grupos de turistas. Se
indicó a los empresarios posponer sus viajes al exterior.
“Muchos eventos nacionales e internacionales ya fueron cancelados”,
dijo Jesper Lauge Christensen, director general de Kopenhagen Fur, en un
comunicado.
La cooperativa de 1.500 criadores daneses que
aportan 40% de la producción global de mink canceló una subasta de 2
millones de pieles que estaba prevista para este mes. La mayoría de las
exportaciones del grupo tienen usualmente como destino China y Hong
Kong.
Italia podría perder este año hasta 4.500 millones de euros (5.000
millones de dólares) en ingresos turísticos si los temores al virus
ahuyentan a los visitantes, dijo la agencia encuestadora Demoskopika en
un estudio difundido el martes.
En el lujoso distrito comercial MonteNapoleone, de Milán, decenas de
marcas de lujo habían decorado sus aparadores con motivo del Año Nuevo
Lunar. Sin embargo, los clientes chinos ricos no llegaron en sus números
habituales.
La Cámara Nacional Italiana de Modas dijo que las ventas del sector declinarán 1,8% en el primer semestre debido al virus en contraste con el pronóstico inicial de un crecimiento de 3%.
Los visitantes chinos representan aproximadamente un tercio de todas
las compras de artículos de lujo a nivel global. En Italia, los chinos
gastan más que rusos, árabes y estadounidenses en conjunto.
Las autoridades chinas mantienen casi en aislamiento a Wuhan, una
ciudad industrial epicentro del brote, y a otras localidades cercanas en
la provincia de Hubei que conforman una región de 50 millones de
habitantes.
La ciudad oriental de Hangzhou, sede de Alibaba Group
y centro de operaciones de compañías de tecnología de
telecomunicaciones, impuso restricciones al tránsito de personas en la
ciudad y señaló que instalará retenes para detectar a transeúntes que
pudieran tener fiebre si están infectados con el virus.
El gobierno alargó la fecha de la conclusión de las festividades del
Año Nuevo Lunar para mantener a las personas en sus casas y reducir el
riesgo de contagios.
China ya estaba lidiando con las consecuencias de una guerra de
aranceles con Washington y de un brote separado de fiebre porcina que no
infecta a las personas pero ha interrumpido el abastecimiento de carne
de cerdo, con la subsiguiente alza de precios.
Las calles y el metro en muchas ciudades continúan estando
principalmente vacíos, aun cuando la mayor parte de China reanudó esta
semana oficialmente sus labores. Miles de restaurantes y cines fueron
cerrados para impedir las aglomeraciones. Los estudios de Hollywood
perdieron las ventas de boletos durante el Año Nuevo Lunar, una
temporada de altos ingresos para el sector cinematográfico.
Las autoridades manifestaron confianza en que China pueda capotear
las dificultades más recientes, aunque los expertos proyectan que la
enfermedad podría restar un punto porcentual al crecimiento económico de
este año, que podría bajar a 5,2%. Ya se había pronosticado de antemano
que la economía iba desacelerarse tras su crecimiento en 2019 de 6,1%,
el más bajo en varias décadas.
Según analistas, entre ellos Barclays y Morgan Stanley, el brote podría deprimir el crecimiento económico global de este año entre 0,2 y 0,4 puntos porcentuales.
China sufrió penurias similares durante el brote de SARS de 2003. El
crecimiento repuntó rápidamente después y tuvo secuelas limitadas a
nivel global.
Esta vez, aun si China se recupera con rapidez, las secuelas a nivel
mundial podrían rebasar las del SARS. Esto porque China representa en la
actualidad el 16,3% de la actividad económica global, más del triple
respecto al 4,3% que representaba en 2003, según el Fondo Monetario
Internacional.
Las medidas contra el virus lastrarán este trimestre las actividades
chinas, lo cual “apremiará a la economía global y suscitará temores en
los mercados financieros”, dijo en un informe Louis Kuijs, director de
economía asiática de Oxford Economics.
El
aislamiento de emergencia impuesto a Wuhan, un centro industrial de 11
millones de habitantes, ha trastocado la producción de pantallas de
cristal líquido y de diodos emisores de luz, según una investigación de
HIS Markit. Esta situación ha deprimido el abastecimiento y propiciado
alzas para los fabricantes que utilizan las pantallas en computadoras,
televisiones y otros aparatos.
Aunque disminuyan las restricciones, las consecuencias podrían
propagarse, deprimiendo la producción y ventas de autos, y arrastrando a
la baja los precios del petróleo, mineral de hierro y otras materias
primas procedentes de proveedores de Australia, Brasil y África con
destino a grandes empresas en China, según los expertos.
China es el mayor importador del mundo de muchas materias primas, incluido el petróleo. El precio del crudo Brent,
de referencia internacional, ha caído a unos 55 dólares el barril,
desde los 70 dólares a principios de enero, debido en parte a la débil
demanda china.
La baja del petróleo se traduce en gasolina más barata para los
consumidores occidentales, pero perjudica a exportadores como Indonesia,
que financia con el crudo escuelas, atención médica y servicios
sociales.
La demanda y los precios “dependerán de la rapidez con la que el
transporte y las actividades industriales se normalicen”, dijo Fitch
Ratings en un informe.


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