Continúan en Francia las huelgas que han movilizado a maestros, médicos y trabajadores de la torre Eiffel
PARÍS— Maestros, médicos, abogados y
trabajadores de la torre Eiffel eran algunos de los trabajadores
franceses que hacían huelga el martes, para oponerse a una subida de la
edad de jubilación y conservar un sistema de pensiones que temían que el
presidente, afín al sector empresarial, quisiera desmantelar.
Vecinos y turistas afrontaban un 13er día de complicaciones en los
desplazamientos al continuar la huelga de maquinistas de tren contra la
reforma emprendida por el presidente, Emmanuel Macron, de un sistema de
pensiones que ahora les permitía retirarse incluso antes de los 60.
Algunos padres encontraron las escuelas cerradas, y se cancelaron
exámenes importantes porque los profesores se sumaron a los paros.
Los
hospitales impusieron servicios mínimos el martes ante la huelga de
enfermeras, médicos y farmacéuticos para pedir protección a un sistema
de hospitales públicos otrora prestigioso y ahora maltrecho tras años de
recortes.
Había una nueva
protesta convocada para el martes por la tarde en la capital, y la
policía acordonó el Palacio del Elíseo, residencia oficial de Macron,
con horas de antelación en previsión de posible violencia de activistas
de los Chalecos Amarillos u otros manifestantes radicales indignados por
la injusticia económica.
La presión crecía
sobre Macron después de que el principal ideólogo de su reforma de las
pensiones renunciara el lunes por supuestos conflictos de interés.
Por el momento, su
gobierno mantenía los planes de elevar la edad de jubilación a los 64
años, aunque la semana pasada hizo concesiones aplazando la aplicación
de la norma y abrió la puerta a más negociaciones.
“La reforma se queda (…) no la retiraremos”, dijo la portavoz del gobierno Sibeth Ndiaye a la televisora BFM.
Varios países
europeos han subido la edad de jubilación o reducido las pensiones en
los últimos años para ajustarse al aumento de la esperanza de vida y la
desaceleración económica. Macron alegaba que Francia debería que hacer
lo mismo.
Los sindicatos
temían que la gente tuviera que trabajar más tiempo para recibir
pensiones más pequeñas, y los sondeos indicaban que al menos la mitad de
los franceses apoyaba la huelga.
Sin embargo, la
frustración empezaba a crecer. El martes apenas funcionaban con
normalidad dos de las 16 líneas de metro en París y un cuarto de los
trenes de alta velocidad que cruzan el país. También las rutas
internacionales se vieron afectadas.
Los sindicatos de
trabajadores de la red ferroviaria estatal SNCF querían mantener la
huelga durante los feriados navideños, y el gobierno buscaba soluciones.


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