lunes, 2 de diciembre de 2019

35 años después del descubrimiento del VIH

El programa conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida (Onusida) ha escogido, para conmemorar el Día  Internacional del VIH/sida (1 de diciembre), el lema “Las comunidades marcan la diferencia”, evocando el papel que tenemos todos en combatir la enfermedad.

Una extraña condición creó inquietud a inicios de la década de 1980 en la ciudad de Nueva York, en San Francisco y en Los Ángeles, en cuatro grupos de personas: homosexuales, hemofílicos, heroinómanos, y en quienes habían llegado de Haití a los Estados Unidos. Se les llamó “el Club de las 4H”.
En ellos se describió se describió un aumento poco usual de casos de sarcoma de Kaposi y de neumonía por Pneumocystis carinii. Años más tarde se identificó el VIH como el causante y se estigmatizó a estos grupos vulnerables.

Las cosas han cambiado mucho desde hace más de 19 años que empecé mi formación en Medicina Interna y en Infectología. He atendido a muchos afectados y sé que se puede vivir con VIH.
Conozco personas que tienen más de 20 años de diagnosticadas, que no siempre han contado con muchos recursos económicos, que junto con su condición de VIH han padecido distintas enfermedades como tuberculosis, linfoma, toxoplasmosis, entre otras y las han superado incluso en casos en los que han recibido quimioterapia. Soy testigo de las buenas noticias en lo que se refiere a la expectativa de vida: a finales de los años 80 una persona de 20 años con un diagnóstico de VIH/sida en una etapa avanzada tenía una expectativa de vida de 1 o 2 años, mientras en la actualidad, la expectativa es casi la de una persona sin la condición, gracias a la terapia antirretroviral.

Los medicamentos han ido evolucionando en números, cantidades de combinaciones, clases, forma de administración…
Al inicio se suministraba la Zidovudina (AZT), que fue el primer fármaco aprobado; luego se hacían combinaciones de dos, después de tres (Trizivir), se interrumpía la terapia (“holiday therapy”), después cuatro y finalmente tenemos varios años suministrando combinaciones de tres. 

La combinación de tres en una pastilla fue popularizada por Magic Johnson, un conocido miembro del Pabellón de la Fama de Baloncesto quien divulgó en 1991 que padecía de VIH, y hasta hoy sigue siendo un activista de los derechos de quienes padecen su misma condición.
Se ha evolucionado de regímenes de 6 a 20 pastillas, al “régimen simplificado en una tableta”, en el que se suple una combinación de tres tipos de medicamentos en una sola pastilla. 

El suministro de ARV pasó de necesitar refrigeración o restricciones alimentarias a no tener ninguna y a ser gratuitos.

A nivel global se desarrollan estrategias como la 90-90-90 donde se busca que el 90 % de las personas que viven con VIH/sida sepan su diagnóstico, 90 % estén recibiendo medicamentos ARV y 90 % estén con cargas virales suprimidas. 

Lamentablemente, según Onusida, en 2018 solo el 79 % de la población mundial sabía su condición y entre las personas que conocían su estado, solo el 78 % tuvo acceso al tratamiento. En el Caribe solo el 55 % está tomando medicamento, y de esos, solo el 53 % esta viralmente suprimido.