Afirman modelo de salud y seguridad social debe ser desmercantilizado y reenfocado en la garantía de derechos
El sistema de salud y seguridad social actual somete a la
población a la desprotección, contrario a la naturaleza del Estado
social y democrático de Derecho y de los Derechos Fundamentales
consignados en la Constitución dominicana. Así lo ratificaron hoy la
Fundación Juan Bosch, la Confederación Nacional de Unidad Sindical
(CNUS), la Confederación Autónoma Sindical Clasista (CASC) y la
Confederación Nacional de Trabajadores Dominicanos (CNTD).
También la Asociación Dominicana de Profesores (ADP), la Facultad de
Ciencias Económicas y Sociales y la Facultad de Ciencias de la Salud de
la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), la Facultad
Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), el Consejo
Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO), la Red de Sistemas y
Políticas de Salud ALAMES, Médicos del Mundo (MdM), la Asociación
Nacional de Enfermería (ASONAEN) y la Alianza por el Derecho a la Salud
(ADESA).
La
conclusión forma parte de los resultados de un análisis incluido en el
libro titulado “Del Negocio Seguro a la Seguridad Social”, de la autoría
de los investigadores Matías Bosch Carcuro y Airon Fernández Gil, donde
se muestra con evidencias estadísticas y un análisis conceptual e
histórico, que el modelo impuesto a partir de 2001 responde a los
intereses de las empresas financieras ARS y AFP, es mercantilista y
privatizador, mientras precariza la protección social de los
dominicanos.
Según el análisis, aunque en República Dominicana el gasto en salud
equivale a más del 6% del PIB, esos recursos no van a satisfacer las
necesidades y derechos de la ciudadanía.
“En materia de salud es evidente el retiro del Estado como garante
efectivo de derechos, reduciendo cada vez más el financiamiento directo a
servicios de salud, mientras se transfieren más recursos a los entes
privados, se otorgan coberturas pobres o insuficientes a la mayoría de
la población, que termina cargando una parte significativa del gasto en
las espaldas de los ciudadanos, obteniendo un acceso a la salud según el
bolsillo y el nivel de ingresos”, afirman los investigadores Bosch y
Fernández.
Las peores pensiones de América Latina. Asimismo, aunque los fondos
de pensiones alcanzan prácticamente el 15% del PIB, se ha verificado
cómo se niegan pensiones de discapacidad y sobrevivencia y se proyectan
las peores pensiones de América Latina. Sin embargo, los autores
consignan que las ARS y AFP han consumido ya más de 100 mil millones de
pesos en utilidades netas así como en gastos administrativos y
operacionales, que salen de los recursos de la sociedad dominicana.
Agregan que el problema, en vez de cambiar, se agrava, ya que
recientemente a las ARS se les han aumentado el cápita por afiliado,
mientras que a las AFP se les ofreció un cambio en el esquema de
comisiones que según todos los analistas haría aumentar aún más sus
ganancias anuales.
“Este modelo privatizador y mercantilista sólo puede generar un
sistema de salud y pensiones precario, deshumanizado y no solidario, que
impacta en estadísticas de salud, calidad de vida, desigualdad, pobreza
y concentración de la riqueza realmente alarmantes”, afirmaron los
voceros mientras señalaron que “las consignas de este modelo de que los
servicios de salud estarían financiados adecuadamente y la gente sería
dueña de su dinero, quedaron derrumbados como mitos”.
Urge una reforma estructural y democrática. Con la presentación del
libro, este jueves 21 de noviembre a las 6:00 de la tarde en la
Biblioteca Nacional Pedro Henríquez Ureña, las organizaciones
convocantes proponen una discusión auténticamente democrática,
transparente y fundamentada, que apunte a una reforma estructural,
recuperando el carácter solidario y garantista de derechos que debe
tener todo sistema de verdadera seguridad social, abocado a solventar
servicios de salud, seguridad laboral y previsión dignos, universales y
de calidad.
“Esto debe ser sometido a un amplio debate y consenso nacional y
sustentado por una nueva institucionalidad y un Estado transparente,
financieramente responsable, eficiente, confiable y democrático”, dicen
al tiempo que llamaron a recuperar el análisis de la propuesta que
hicieron las centrales sindicales en 2018, ampliarla y enriquecerla.
Igualmente destacan que República Dominicana es el único país donde
los que controlan y administran el modelo se niegan a una reforma
verdadera, que la gran mayoría de los países donde se implantó este
modelo lo han desmontado o están en vías de hacerlo, y que la crisis que
ha ocurrido en Chile denota que este modelo impuesto en 2001 no solo es
incapaz de ofrecer verdadera protección a la salud y la previsión
social, sino que también trae consigo crisis sociales y políticas de
envergadura, arriesgando el bienestar y la paz social.
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