El Reino Unido y la Unión Europea alcanzan un acuerdo de Brexit que suscita dudas en Londres
El
Reino Unido y la Unión Europea alcanzaron el jueves un “excelente”
acuerdo sobre el Brexit justo a tiempo para su aprobación en la cumbre
europea, pero el texto deberá ser votado el sábado por el parlamento
británico donde ya levantó ampollas.
“Cuando hay voluntad, hay un
acuerdo. ¡Tenemos uno! Es un acuerdo justo y equilibrado para la UE y
el Reino Unido (...) Recomiendo al Consejo Europeo que lo respalde”,
anunció a primera hora de la mañana el presidente de la Comisión
Europea, Jean-Claude Juncker.
A dos semanas del divorcio,
previsto el 31 de octubre, esto “significa que no se necesita ningún
tipo de prórroga”, agregó después en una rueda de prensa en Bruselas con
el primer ministro británico, Boris Johnson, justo antes del inicio de
la cumbre.
Johnson
celebró un “excelente nuevo acuerdo” y llamó, por su parte, a los
diputados de su país a aprobarlo inmediatamente “para llevar a cabo el
Brexit sin más demoras”, tomando nota de los recelos que genera.
El
apoyo de los 27 pares de Johnson parece asegurado. El irlandés Leo
Varadkar, cuyo país sería el más afectado por el Brexit, describió el
acuerdo como “bueno” para ambas partes y llamó a sus homólogos a
respaldarlo.
Tras el referéndum de 2016, en que el Brexit se
impuso por 52% de votos, el Reino Unido debía haber abandonado la UE el
pasado marzo, pero ante el reiterado rechazo por el parlamento británico
del acuerdo firmado hace casi un año por la anterior primera ministra,
Theresa May, el divorcio se vio aplazado dos veces.
En el poder desde julio, el actual ‘premier’ afirmó que prefiere estar “muerto en una zanja” que pedir otra prórroga.
- El no del DUP -
Sin
embargo, en cuanto se conoció el contenido del nuevo acuerdo reapareció
el fantasma del rechazo por el Parlamento británico, ya que fue mal
recibido tanto entre la oposición como entre los propios aliados de
Johnson.
Los negociadores se esforzaron en buscar una alternativa
al principal escollo: cómo garantizar un intercambio fluido de
mercancías entre Irlanda -país de la UE- y la provincia británica de
Irlanda del Norte, sin necesitad de reintroducir una frontera física.
El
objetivo es no amenazar el frágil acuerdo de paz del Viernes Santo, que
en 1998 puso fin a tres décadas de conflicto sangriento en Irlanda del
Norte entre unionistas protestantes y republicanos católicos, y proteger
el mercado único europeo de una desleal competencia británica.
El
nuevo acuerdo prevé una compleja solución técnica por la cual la
provincia británica seguiría rigiéndose por algunas regulaciones del
mercado único europeo y se mantendría de facto en una unión aduanera con
la UE, aunque permanecería legalmente en la misma zona aduanera que el
resto del Reino Unido.
El negociador europeo, Michel Barnier,
defendió este sistema “excepcional” por la “situación única” de Irlanda
del Norte, cuya asamblea autónoma podrá pronunciarse cada cuatro años
sobre si continúa con el respeto de las reglas europeas al término del
período de transición.
Esto choca sin embargo con la férrea
oposición, reiterada este jueves, de los unionistas noirlandeses del
DUP, aliados claves de Johnson en el parlamento de Westminster, a que
Irlanda del Norte sea tratada de forma diferente, por poco que sea.
- Años de crisis política y social -
El
laborista Jeremy Corbyn, principal líder de la oposición, también llamó
a votar en contra de un acuerdo que, más allá de la cuestión irlandesa,
no cambia nada, a su juicio, respecto al de May, y pidió en cambio un
“votación popular” para resolver el Brexit.
Sin embargo, la
incertidumbre planea sobre su capacidad para mantener unidas sus filas
en el Parlamento británico, donde varios diputados laboristas son
partidarios de abandonar la UE.
El parlamento británico se
reunirá excepcionalmente el sábado, el día que por ley Londres debe
pedir a la UE un nuevo aplazamiento de la fecha de salida si no tiene un
acuerdo aceptado por sus diputados.
Si logra que el texto sea
aprobado, Johnson se convertiría en un héroe en la difícil misión que
acabó con la carrera de su predecesora; pondría fin años de profunda
crisis política y división social; y se vería muy reforzado de cara a
unas próximas elecciones anticipadas.
Pero, ante un nuevo
escenario de bloqueo y aunque el primer ministro se muestre reticiente,
la UE no descarta una tercera prórroga en caso de que el nuevo pacto
afronte escollos y prevé incluso una nueva cumbre antes del 31 de
octubre.
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