Comunidad LGTB enfrentada agresiones en Europa
INTERNACIONAL
Los escollos legislativos y las
agresiones son algunos de los problemas más visibles a los que se
enfrenta la comunidad LGTB en Europa, que celebra hoy el Día del
Orgullo, sobre todo en la parte oriental.
En Italia, la propuesta de ley para
tipificar el delito de agresión homófoba está estancada desde 2013, a
pesar de las denuncias de estos colectivos LGTB, que afirman, según una
encuesta en el portal gay.it, que el 52 % de ellos han sufrido
agresiones durante su vida.
El nuevo ministro de Familia y
Discapacidad de Italia, Lorenzo Fontana, miembro de la ultraderechista
Liga -ahora en el gobierno-, provocó las protesta LGTB al asegurar que
“las familias formadas por homosexuales no existen”.
En Francia, un 53 % de los LGTB dice
haber sufrido en su vida agresiones por su orientación sexual o su
identidad de género, según la encuesta publicada por el Observatorio de
la Homofobia.
París ha decidido instalar en algunas
calles pasos de cebra permanentes con los colores del arco iris de la
bandera gay, algunos de los cuales, colocados con motivo de la Fiesta
del Orgullo de este próximo sábado, han tenido que ser repintados por
haber sido vandalizados.
En el Reino Unido, el gobierno prevé
presentar la semana próxima un plan de acción para mejorar los derechos
de la comunidad LGBTI, pero, pese al mayor reconocimiento, todavía
afronta discriminación y acoso, como demuestra un sondeo difundido por
Pride in London.
Según esta encuesta, un 12 % de los
hombres y un 17 % de las mujeres homosexuales del Reino Unido no se lo
ha dicho a su familia, lo que sube a un 46 % en el caso de los
bisexuales y a un 40 % para los asexuales, “queer”, pansexuales o
polisexuales.
En Portugal, los datos más recientes
proceden de un informe sobre ataques homófobos registrados en 2017 por
la plataforma ILGA Portugal, según la cual el principal ataque sufrido
son insultos y amenazas (39 %), seguido de violencia doméstica, el
acoso, tentativa o agresión y discriminación en la asistencia médica
(4,02 %).
En la República de Irlanda, el colectivo
LGBT goza de gran visibilidad, en parte porque el primer ministro, el
democristiano Leo Varadkar, es el primer jefe de Gobierno abiertamente
gay de su historia.
Varadkar encabezó este mes los actos del
25 aniversario de la despenalización de la homosexualidad, en los que
pidió perdón en nombre del Estado por las políticas discriminatorias del
pasado, al tiempo que recordó que aún deben darse más pasos para
avanzar en el terreno de los derechos.
Alemania registró el año pasado un total
de 313 delitos contra la orientación o la identidad sexual, 74 de los
cuales fueron agresiones con violencia, según el informe policial de
2017.
En 99 de los delitos contra la comunidad
LGBT, el autor procedía de la ultraderecha, aunque en la mayor de los
casos (189) no se establecieron motivaciones ideológicas concretas.
En Bélgica, según el centro para la
igualdad de oportunidades, en 2017 hubo en total 84 casos de
discriminación o violencia por razón de la orientación sexual.
En Holanda, primer país de Europa en
legalizar el matrimonio homosexual, un 75% de la población es a día de
hoy “tolerante” y mantiene una actitud de “más respeto” y “positividad”
hacia los homosexuales, según la Oficina de Planificación Social y
Cultural (SCP).
Sin embargo, los holandeses tienen
todavía “dificultades” para, por ejemplo, presenciar un beso entre dos
hombres o mujeres en un espacio público, indica la SCP, que eleva a un
29% el porcentaje de la población que ve ese gesto como “ofensivo”.
En Europa oriental la situación es peor.
En Hungría, la Constitución impulsada
por el ultraconservador Viktor Orbán excluye la posibilidad el
matrimonio entre personas del mismo sexo y hace de la defensa de los
“valores familiares tradicionales” y del “cristianismo” una parte
fundamental de su agenda.
En Croacia, los organizadores de la
fiesta del Orgullo en Zagreb han alertado del incremento de las críticas
y furibundos ataques verbales por parte de sectores conservadores
vinculados a la Iglesia Católica.
Los desfiles del Orgullo se organizan en
los últimos años sin incidentes, pero tampoco faltan muestras de odio:
en un carnaval de niños celebrado en una localidad de Croacia en febrero
de este año se quemó ante cientos de asistentes la imagen de un libro
ilustrado sobre niños que viven en familias homosexuales.
En Serbia, aunque se han producido
mejoras legales, con la despenalización de la homosexualidad en 1995,
los prejuicios, la discriminación y el tabú están muy presentes en una
sociedad donde la Iglesia Ortodoxa tiene una gran influencia.
Según la investigación de una ONG el 23 %
de la población LGTB ha sufrido un ataque físico y la mayoría ha
padecido algún acoso verbal.
En Rumanía, hasta 2001 era ilegal que
las parejas del mismo sexo se tomaran de la mano o expresaran cualquier
otro signo de afecto en público. La ley se cambió como parte del proceso
de adhesión de Rumanía a la UE.
La Agencia Europea de Derechos
Fundamentales reveló en 2016 que alrededor de la mitad del personal
médico en Rumanía consideraba a la homosexualidad un tipo de “transtorno
mental”.
En Rusia se aprobó en 2013 una ley que
prohíbe la propaganda homosexual entre los menores de edad, lo que
permite enjuiciar a aquellos que “promocionen” cualquier tipo de
referencia a las relaciones entre personas del mismo sexo.
Organizaciones de derechos humanos y
grupos LGBT han denunciado episodios de violencia contra los
homosexuales en Rusia, y especialmente en la república de Chechenia:
secuestros, detención secreta, tortura y asesinatos de hombres
considerados gays.
DIARIO LIBRE


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