lunes, 21 de noviembre de 2016

Conozca los beneficios y perjuicios de consumir hígado de res

Un hecho muy poco conocido es que el hígado es el único producto cárnico que contiene vitamina C. Durante la época de la colonización de Estados Unidos y Canadá, los tramperos y cazadores, que no disponían de frutas y verduras a la mano, dependían del hígado de las presas que cazaban para aprovisionarse de Vitamina C. Quienes sólo consumían carne, tarde o temprano desarrollaban escorbuto, su enfermedad carencial.
Propiedades medicinales
– Nutritivo y antianémico.
Ventajas
Es uno de los alimentos más completos, riquísimo en proteínas de alta calidad, vitaminas y minerales. El hígado de res contiene casi tanta vitamina A como el aceite de hígado de bacalao, siete veces más que la zanahoria y 50 veces más que la lechuga.
Propiedades nutricionales
– Un tercio de taza de hígado cocido satisface sobradamente las necesidades cotidianas de vitaminas del Complejo B.
– En riqueza de vitamina C iguala a la toronja y supera a la lechuga, el tomate y el coliflor.
– El hierro que contiene es el que mejor se asimila y lo acumula en tal cantidad que opaca al  huevo, los frijoles y las carnes rojas.
– Además, es el alimento más rico en vitamina B12, tiene 45 veces más que la carne de res, 100 más que la leche y 200 más que el pollo.
– Se le considera también una buena fuente de selenio, un mineral antioxidante muy valioso para protegernos contra el cáncer y los males cardiovasculares.
Desventajas
– Acumula sustancias potencialmente perjudiciales, como el colesterol y las purinas. La fábrica de colesterol en los mamíferos se halla en el hígado, por lo cual no debe sorprendernos que el hígado de res contenga casi el doble de colesterol que el huevo.
– Las purinas son parte de los desechos del organismo al asimilar alimentos ricos en ácidos nucleicos (hígado, riñones, sardinas, frijoles, levadura de cerveza), mismos que se transforman finalmente en ácido úrico, el cual puede favorecer ataques de gota o formación de cálculos renales en personas susceptibles.
Si se tienen antecedentes de cualquiera de estos dos trastornos, no es recomendable el consumo de hígado en demasía. Asimismo, debe evitarse ingerir hígado más de una vez a la semana durante los primeros tres meses del embarazo, ya que su abundancia en vitamina A podría afectar adversamente al feto.

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