Trastornos alimenticios BAJO LA LUPA
Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) engloban varias enfermedades crónicas y progresivas que, a pesar de que se manifiestan a través de la conducta alimentaria, en realidad consisten en una gama muy compleja de síntomas entre los que prevalece una alteración o distorsión de la auto-imagen corporal, un gran temor a subir de peso y la adquisición de una serie de valores basados en la apariencia externa.
Aunque todas las personas se preocupan a veces por su peso, quienes tienen un trastorno de la alimentación toman medidas extremas para evitar subir de peso (en el caso de la bulimia y anorexia) o ingieren alimentos de manera descontrolada (en el trastorno por atracón o en la obesidad).
En los últimos años, los TCA se han hecho cada vez más frecuentes, sobre todo entre adolescentes.
Sobre el tema, Patricia Medina, psiquiatra y especialista en terapia familiar y de parejas, adicciones e hipnosis clínica, dice que a pesar de que los trastornos de la alimentación pueden comenzar con preocupaciones por la comida y el peso, son mucho más que solamente comida.
“La gente con trastornos de la alimentación utiliza la comida y el control de la comida como un intento para compensar los sentimientos y emociones que de otra manera son vistos como insoportables”.
Y es que para algunos, la dieta, los atracones y la purgación pueden comenzar como una forma de lidiar con las emociones dolorosas y sentirse en control de su vida personal, pero al final esos comportamientos terminan dañando la salud física y emocional.
Tipos. Entre los trastornos de la conducta alimentaria y de la ingestión, según el manual diagnóstico y estadístico de las enfermedades mentales en su 5ta. edición, figuran: anorexia nerviosa, bulimia nerviosa, pica, trastorno por atracón, trastorno de rumiación, trastorno de evitación/restricción y otros no especificados.
“La anorexia nerviosa consiste en una conducta de restricción de la ingesta energética en relación con las necesidades, que conduce a un peso corporal significativamente bajo (inferior al mínimo normal) con relación a la edad, el sexo, el curso del desarrollo y la salud física”. Está acompañado de un miedo intenso a ganar peso o engordar, o comportamientos persistentes que interfieren en el aumento de peso, incluso con un peso significativamente bajo, además de alteración en la forma en que uno percibe su propio peso o contextura física.
En la bulimia nerviosa hay episodios recurrentes de atracones. Se caracteriza por la ingestión de una cantidad de alimentos superior a la que la mayoría de las personas ingerirían en un período similar en circunstancias parecidas y sensación de falta de control sobre lo que se ingiere.
Aquí aparecen comportamientos compensatorios inapropiados recurrentes para evitar el aumento de peso, como el vómito autoprovocado, el uso incorrecto de laxantes, diuréticos u otros medicamentos, el ayuno o el ejercicio excesivo.
En la pica existe una ingestión persistente de sustancias no nutritivas y no alimentarias durante un período mínimo de un mes; mientras que el trastorno de rumiación se caracteriza por regurgitación (devolverle los alimentos desde el estómago hacia la boca), repetida de alimentos durante un período mínimo de un mes.
El trastorno de restricción/evitación de ingestión consiste en una falta de interés aparente por comer o alimentarse.
El trastorno de restricción/evitación de ingestión consiste en una falta de interés aparente por comer o alimentarse.
“En el trastorno por atracones encontramos episodios recurrentes de atracones que se caracterizan por los dos hechos siguientes: 1. Ingestión, en un periodo determinado, de una cantidad de alimentos que es claramente superior a la que la mayoría de las personas ingerirían en un período similar en circunstancias parecidas. 2. Sensación de falta de control sobre lo que se ingiere durante el episodio (sensación de que no se puede dejar de comer o no se puede controlar lo que se ingiere o la cantidad de lo que se ingiere)”, dice.
Estos episodios se asocian a tres (o más) de los hechos siguientes: 1. Comer mucho más rápidamente de lo normal. 2. Comer hasta sentirse desagradablemente lleno. 3. Comer grandes cantidades de alimentos cuando no se siente hambre físicamente. 4. Comer solo debido a la vergüenza que se siente por la cantidad que se ingiere. 5.
Sentirse luego a disgusto con uno mismo, deprimido o muy avergonzado y, finalmente, la frecuencia: los atracones se producen al menos una vez a la semana durante tres meses.
Conclusión. “Los TCA son un grave problema de salud mental que termina representando un serio problema para la salud física del individuo y un deterioro para las diferentes dimensiones de la vida de esa persona”, asegura Medina, quien señala como importante llevar un tratamiento multidisciplinario en el que se integren diferentes especialistas de la medicina (psiquiatría, gastroenterología, nutrición, endocrinología), pero también psicólogos y terapeutas familiares.
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