Niñera Musulmana narra la forma como degolló a la niña que cuidaba
MOSCÚ, RUSIA.- Gyulchekhra Bobokulova, de 38 años, era un integrante más de la familia Meshcheryakova.
Había llegado desde Uzbekistán en busca de trabajo. Dejó en su país a su marido y a sus tres hijos, a los que mantenía con el dinero que sus protectores rusos le daban cada mes por cuidar a Anastasia, una niña de 4 años que demandaba cuidados permanentes debido a un pequeño retraso madurativo.
Gyulchekhra Bobokulova dijo que la tarde del crimen “escuchó voces”. Dejó el cuerpo de Anastasia en su cuna y salió a la calle con la cabeza de la menor al grito de “Alá es grande”
Gulya, como le decían los Meshcheryakova, tenía su propia habitación en la casa que compartía con la familia en Moscú y trataba a Anastasia como su propia hija. Pero algo había cambiado en las últimas semanas, luego de un viaje que la mujer realizó a Uzbekistán para visitar a sus hijos. Allí se enteró que su marido había contraído matrimonio con una segunda mujer y esto la deprimió en forma brutal.
A su regreso a Moscú cambió su carácter y se sumergió en internet, donde visitaba páginas que el matrimonio Meshcheryakova no entendían. Comenzó a rezar como nunca antes, aunque sin llegar al extremo de vestir velo.
En lunes 29 de febrero “escuchó voces”, como ella misma dijo a los investigadores. Fue ese día cuando prendió fuego la casa donde trabajaba, estranguló a la pequeña Anastasia, le cortó el cuello con un chuchillo de cocina, dejó su cuerpo con la ropa de noche en su cuna y salió a la calle con la cabeza dentro de una bolsa roja. Allí se acercó a una estación de metro en Moscú y blandió la cabeza en alto, al grito de “¡Alá es grande!”, proclamándose terrorista, enemiga de la democracia y dispuesta a inmolarse con explosivos ante cualquiera que osara enfrentarla.
0 Comentarios:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.
Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]
<< Página Principal