Discapacitados de SPM claman ayuda; local apunto de colapsar

Entre servir con integridad y servir para ser vistos son dos posiciones muy diferentes, y este es el caso de una gran mujer en San Pedro de Macorís, que ha tomado gran parte de su vida para servir a gente con discapacidades evidentes y ocultas, en esta ciudad.

Cuando nos acercamos a esa gran mujer que luego de un accidente cuando era muy joven quedó con discapacidad en una de sus piernas, pero la situación no le ha impedido que ella junto a su familia pueda luchar para que muchas vidas puedan ser cambiadas.

La realidad actual del  Centro Integral para el Desarrollo de Personas con Discapacidad, está ubicado en la obsoleta edificación (antigua funeraria Porvenir) la cual está a punto de colapsar.

Ahora más cuatrocientos integrantes del centro, están a punto de quedarse sin un local para seguir operando.

Así lo declaró la señora Belgica Mota, coordinadora de la entidad en esta ciudad.

La humanista dijo que es lamentable que el local que utilizamos posea grandes grietas, las cuales ponen en peligro la vida de quienes acuden al mismo.

Indicó que el Presidente de la República ya prometió construir un nuevo local, cuando el Consejo Estatal del Azúcar otorgue los terrenos.

La señora Mota, también expresó que sería lamentable que esa entidad cierre sus puertas, cuando es una institución que sirve para educar a muchas personas a nivel técnico, así como para alfabetizar y gestionar becas para los discapacitados.

Esta nos mostró las sillas de ruedas y otros ayudadores par personas con discapacidad, los cuales lucen deteriorados e incompletos.

Allí al ver reunidos a los integrantes de esa entidad, ánimo a cualquier ser humano a no detenerse en la vida y a continuar ya que, esas mujeres, hombres, adolescentes no se detienen porque tengan impedimentos en una de sus extremidades.

 Estos con gran ahínco se esfuerzan en la capacitación intelectual, la realización de artes manuales y todo lo que este a su alcance.

 “Realmente aquí tenemos muchas sillas de ruedas abandonadas en mal estado y uno de nuestros discapacitados, se encarga de remendarlas cuando uno necesita una, pues se les toma una pieza a la otra para repararla y es así como ayudamos a los necesitados, aclaró Bélgica Mota.

Son sus expresiones llena de fe, amor y deseos de superación  lo que destaca a la esta grandiosa mujer que marca la diferencia en esta ciudad.

Aunque haya precariedades notables  Bélgica Mota cifra sus esperanzas en ver un centro que realmente diferente al actual.

Mota terminó  diciendo “Siento que tengo la vocación de servicio, me gusta servir a los demás”. Por Dorca Sanchez.