jueves, 20 de noviembre de 2014

Un profesional de S.P.M. recomienda implementar medidas preventivas para evitar delincuencia y violencia intrafamiliar.

SAN PEDRO DE MACORIS. Un profesional de esta ciudad consideró que para enfrentar la delincuencia y  violencia intrafamiliar, que son dos de los principales males que afectan a la sociedad de hoy, es necesario tomar medidas de prevención, las que siempre serán más adecuadas, menos costosas y más efectivas que las correctivas.
En un interesante artículo que se produce íntegro a continuación, Johnny Beltré Figuereo opinó que para que esas medidas sean más efectivas, hay que implementarlas a través de tres órganos importantes como son la familia, la escuela y la iglesia, para inculcar los valores que se han perdido y nos han llevado a la descomposición que hoy sufre la presente sociedad.
Leamos el artículo completo a continuación:
BUSQUEMOS PRIMERO DENTRO DE LA FAMILIA, LA ESCUELA Y HASTA LA IGLESIA.
Es muy común escuchar a una gran parte de la sociedad opinar y quejarse sobre el mal papel que realizan muchos de nuestros políticos, sindicalistas, y muchos de los miembros de algunos gremios profesionales, tales como: abogados, médicos, ingenieros, contadores, profesores, periodistas, locutores, etc.
También vemos considerables actuaciones inadecuadas de parte de muchos militares y policías, pastores, sacerdotes, igualmente de empresarios y comerciantes.
Por otro lado está la parte de la violencia intrafamiliar y general, con unos niveles de delincuencia inaguantables. En fin, lamentablemente estamos vueltos un etcétera por todos lados. 
La mayoría de las veces a las autoridades y otras personalidades se les escucha hablar de la necesidad de emprender medidas correctivas a todos estos males.  Y mientras se mencionan y aplican esas recomendaciones las malas actuaciones se van acrecentando y provocando más daño a nuestra ya muy afectada sociedad.
En mi humilde opinión, las medidas correctivas tienen su importancia, pero no son lo suficientemente efectivas para eliminar a niveles adecuados los males que nos están afectando. Siempre serán más adecuadas, menos costosas y por ende más efectivas las MEDIDAS DE PREVENCION.
Y para que esas medidas de prevención sean las más adecuadas hay que entrar en los tres órganos más importantes que tienen las sociedades: la Familia, la Escuela y la Iglesia. Es ahí donde debemos retomar el papel de educar e inculcar los valores que se han perdido y que nos han llevado a esa descomposición social que nos está agobiando y destruyendo.
La Familia:
Es muy penoso ver como en muchas familias se ha perdido el interés de formar sus miembros en una cultura basada en valores morales y religiosos que le permitan desarrollarse con una actitud de honestidad y responsabilidad aptas para crear una sociedad apegada a lo correcto.
Es frecuente escuchar como pretexto  que por los dos padres estar trabajando no se pueden criar los hijos con los niveles adecuados de buenos modales.   Hay que recordar que para la crianza de los hijos como en cualquier otro tipo de relación interpersonal, vale mucho la calidad del tiempo que se dedica, no solo la cantidad.
El hecho de que la pareja de padres se pase mucho tiempo fuera del hogar o que el padre, si es el único que trabaja tiene unas jornadas laborales muy extendidas, no es justificación para las malas conductas que presentan tanto jóvenes en la actualidad.
Reiteramos que importa más la calidad del tiempo brindado a los niños y jóvenes que la cantidad de este, de hecho como padre no hago nada con pasarme muchas horas con mis hijos si al final dejo pasar el tiempo como si no estuvieran ahí, no interesándome en sus actividades, sus amigos, sus preocupaciones, etc.
La Escuela:
Lamentable decirlo, pero qué diferente es la enseñanza de hoy comparada con la de hace unos 15, 20 o 25 años atrás.   Claro está, con los problemas que sabemos hay en el seno familiar de gran parte de nuestra sociedad, los maestros reciben unos alumnos muy diferentes a esos tiempos pasados.  Pero ahí radica también la no disposición a cooperar que muestran muchos de nuestros profesores de la actualidad, muchos de ellos apegados al lema:”No voy a coger lucha con muchacho grande y ajeno menos¨.
Necesitamos volver a los tiempos donde los maestros se convertían en segundos padres de los alumnos, interesados en su buena formación sin pensar en el sacrificio que haya que hacer.   ¿Volverán esos tiempos?, realmente lo necesitamos.
 Maestros que aunque luchen por sus derechos laborales, buscando mejores condiciones, también estén enfocados en dar lo mejor de ellos para el bienestar de la sociedad.
La Iglesia:
Con estas opiniones quizás surjan muchas muestras de desacuerdo, pero todos tenemos el derecho de opinar lo que consideramos bueno o malo, claro, siempre cuidando de no ofender ni menospreciar a los demás.
Que muestra una gran parte de la población religiosa de nuestro país?  Una parte, en especial la católica, sumida en grandes escándalos de homosexualidad, abusos a menores de edad, muchas veces encubiertos por algunos de los de mayor autoridad, lucha de poder entre los diferentes organismos que la componen, etc.
Entre muchos de los evangélicos, tenemos la lucha de poder en cuanto a cuál de las denominaciones es la correcta, cual templo es más grande y más bonito, cual tiene más miembros.  Y otro elemento que en los últimos tiempos se ha vuelto muy común en una parte considerable de las denominaciones cristianas: el famoso “Evangelio de la Prosperidad”.  
Esta práctica está llevando a mucha gente a ver la religión como un medio de enriquecimiento o por lo menos una manera de mejorar sus condiciones económica, con aquello de que solo tiene que sembrar y Dios te prosperará y un afán desmedido por cambiar de pobre a rico.
Y cuando las personas nos enfocamos tanto en querer tener más  y más y mostrar a los demás que tengo más que ellos, caemos con gran facilidad en acciones que van totalmente en contra de los buenos modales, sin importar a qué grupo pertenezca o que oficio realice, y peor aún, ese afán de prosperidad desmedida es lo que se le va transmitiendo a los demás, incluyendo a los hijos, hermanos, amigos y demás relacionados.
Lo he dicho en otras ocasiones y lo mantendré aunque algunos piensen que estoy en un error: a Dios se le da, (atraves de la Iglesia) de lo que El ya nos ha dado.
Es como un agradecimiento, no para que él me devuelva más, eso es su decisión y El, cómo Soberano que es, sabrá si me da más o no. 
¿O el Señor es algún banco, donde yo deposito una cantidad de dinero hoy esperando una mayor cantidad mañana? Lo de nosotros será trabajar honestamente y agradecer sirviendo a los demás, incluyendo a la Iglesia, en lo que uno entienda que puede.
Para mí, el hecho de estos tres estamentos sociales mostrarse apartados del papel que deben jugar cada uno, son los grandes responsables de que hoy estemos en las malas condiciones que estamos como sociedad, ya que al dejar de lado el rol que debemos desempeñar estamos dándole apoyo y de cierta manera auspiciando las malas acciones de las que tanto nos quejamos. 
Deseo con la ayuda de Dios nos dediquemos lo antes posible a buscar dentro de estos tres órganos sociales la respuesta a todo esto que estamos viviendo y que si continuamos practicando, nos llevará a dejarles una muy deteriorada sociedad a nuestros  descendientes.
Volteemos la pagina, que gracias a Dios y su Misericordia pienso que aún estamos a tiempo.
Cortesia de: Macoris del mar

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