Aquí te presentamos las claves para hablar en público sin nervios

Según la gente, unos de los temores más desarrollados en la sociedad occidental, es el miedo a hablar en público, pero lo cierto es que a muchas personas les cuesta ponerse delante de una recepción y exponer de una manera congruente sus conceptos; se ha podido ver excelentes presentaciones pasar desapercibidas por los nervios del orador.
Pero, existen herramientas sencillas para impedir los nervios cuando una persona a hablar en público y aquí te las presentamos.
A: Debes pensar ¿A qué le temes?
¿Le temes a hacer el ridículo, a que se burlen de ti, a titubear, a perder reputación profesional? Son cosas que nunca pasan. ¿A cuántas personas conoces a las que hayan despedido de su empresa por no hablar bien en público?
Si tu miedo es a quedarte en blanco, llevar notas es lo recomendable; si es a que no te funcionen los medios audiovisuales, lleva un plan B, dicho de otra manera, si se trata de cosas que realmente pueden pasar, toma las medidas necesarias para reducir esa posibilidad al mínimo.
B: Con una buena introducción impacta a la audiencia
Los primeros segundos son muy significativos para producir una buena impresión:
- Preséntate para hablar en público (si no lo ha hecho ya otra persona) con un par de frases que te sepas de memoria.
- Busca una frase o cita ingeniosa que tenga que ver con el tema: así rompes el hielo y consigues la atención de todos.
- Si no te sientes capaz, puedes utilizar un video como introducción, así los primeros minutos no tienes que hablar y tus nervios se irán calmando sin que te des cuenta.
La introducción, elijas la modalidad que elijas, tendrás que ensayarla un montón de veces, es la mejor forma de que salga bien.
C: Cuanto más te lo sepas, menos nervios tendrás
Si es un tema que dominas, excelente.
También, ensaya y visualízate haciendo la charla. La visualización, según estudios realizados con deportistas funciona, en gran medida, como el entrenamiento.
D: en caso de que te dé un ataque de pánico en medio de charla
Debes respirar, mira con atención tus notas, tomar agua y sonríe.
Luego retoma tu charla a un ritmo lento. Verás como en seguida todo vuelve a fluir.
E: ¡Que no se te ocurra decir esto!
No se te ocurra jamás decir frases del tipo: “Ay qué nervioso estoy” (ni siquiera cuando llames a la radio) o “Me he perdido” o “Me he equivocado”. ¡No! Si te pierdes, te equivocas o estás nervioso, te lo callas, es muy probable que un porcentaje altísimo de la audiencia no se haya dado ni cuenta, ¡no se lo hagas notar tú!
Y, por la misma razón, a mis alumnos de empresa y a los que les hago coaching para hablar en público, les digo siempre que lleven sus notas en una tarjeta, nunca en un folio, porque si estás nervioso y te tiemblan las manos, el folio multiplicará el movimiento y todo el mundo estará más pendiente de tus nervios que de lo que dices.
F: Engañarse a sí mismo. ¡Funciona!
La audiencia no suele notar los nervios del ponente, o los nota mucho menos que él mismo, por tanto: olvídate de ellos, haz como si no existieran. Parecerá una tontería pero es el mejor remedio contra los nervios. ¿Qué te tiembla la voz? Ni caso, ya se pasará. ¿También te tiemblan las manos? Las colocas un rato en la espalda y sigues como si nada. Piensa que no estás nervioso, solo estás PREPARADO, con la adrenalina suficiente para que salga todo rodado.
G: Pase lo que pase, ¡sonríe!
Piensa que la gente está ahí porque le interesa el tema, por lo que, aunque estés algo nervioso no les va a importar si lo que dices es interesante, así que por favor ¡sonríe! Somos mucho más benevolentes con una persona que sonríe.
A hablar en público se aprende hablando en público, por eso, cada vez que tienes que hacerlo, es una oportunidad para mejorar. ¡Aprovéchala!
Cortesia de: COC Noticias
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