Estados Unidos enfrenta ahora a un Putin más beligerante
Pero el reclamo de Putin sobre la península ucraniana de Crimea tomó a la administración estadounidense totalmente por sorpresa. Putin “puede tener su versión de la historia, pero creo que él y Rusia, por lo que han hecho, están del lado equivocado de la historia”, dijo el secretario de Estado, John Kerry.
Desde el punto de vista de Washington, el movimiento del presidente ruso parece ilógico para una nación que cambió el socialismo por un estridente capitalismo y dio la bienvenida al mundo entero para los Juegos Olímpicos de Invierno en Sochi. Ahora esta misma nación enfrenta el aislamiento, las sanciones, una posible expulsión del G8 y daños económicos por su actitud en Crimea.
Sin embargo, a juzgar por la imagen de una Rusia que resurge liberada de la humillación del colapso soviético, que se desprende del discurso de Putin de esta semana, el presidente ruso sigue otra lógica. Para Fiona Hill, especialista del centro de análisis Brookings Institution y autora de un nuevo libro sobre Putin, la visión del mundo de este presidente está moldeada por su entrenamiento en la KGB (la expolicía secreta soviética). “Siempre vemos estas cosas según nuestro marco de referencia (…) Putin siente que solo él conoce los intereses de Rusia”, dijo Hill. Jan Techau, director del centro Carnegie Europe, sostiene que los líderes de ambos lados del Atlántico no lograron entender a Putin. “Los estadounidenses y los europeos subestimaron enormemente las intenciones reales de Putin”, dijo.
“Llamado de atención”
Ahora, Occidente tiene un “llamado de atención” de Putin -tal como lo describió el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen- y debe contemplar una nueva relación. Probablemente Obama comenzará ofreciendo, cuando viaje a Europa la próxima semana, una reafirmación de las garantías de seguridad a los estados postsoviéticos que forman parte de la OTAN. Eso será al mismo tiempo una señal para Moscú de que no serán toleradas nuevas ocupaciones de territorios.
El jueves Obama anunció nuevas sanciones contra funcionarios y empresarios rusos, al tiempo que pretende ayudar a sostener la frágil economía ucraniana. Los compromisos comerciales, militares y diplomáticos con Moscú están congelados. Pero Obama espera poder mantener las alianzas diplomáticas en temas como las conversaciones sobre Irán y su programa nuclear.
Putin, no obstante, parece ser un cliente difícil, en especial en lo que refiere a la diplomacia sobre la crisis en Ucrania. “Putin parece estar sugiriendo que cuando se trata de la periferia de Rusia… los rusos pretenden ser escuchados. No serán ignorados”, dijo Anton Fedyashin, especialista sobre Rusia en la American University. Las negociaciones sobre el programa nuclear iraní podrían convertirse en el nuevo punto donde Washington y Moscú evalúan de manera diferente los intereses nacionales de Rusia.
“No nos gustaría usar estas conversaciones como parte de un juego de apuestas”, dijo el vicecanciller ruso, Serguei Ryabkov, en una amenaza velada. Pero forzado a elegir entre Crimea y las conversaciones sobre Irán, Moscú elegiría Crimea, agregó. En Washington, mientras tanto, creen que Moscú intenta engañarlos con esa estrategia. Si Irán desarrolla un arma nuclear, “esa arma estaría mucho más cerca de Rusia que de muchos de nosotros”, reflexionó un alto funcionario.
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