Luego de Óscar de la Renta, el fashionista y ahora empresario Carlos
Lamarche es el único dominicano que ha logrado introducir su línea de
productos en la tienda más antigua y prestigiosa de todo Nueva York.
Bergdrof
& Goodman, ubicada en la quinta avenida, es la tienda más exclusiva
de la ciudad. Localizada frente a la Trump Tower, la tienda posee en
exclusiva la línea “Salt Live Energizer”, de Lamarche.
En conversación con Diario Libre, el dominicano contó cómo consiguió introducir su producto en la prestigiosa tienda.
Han pasado cinco años desde que Carlos finalizó su trabajo como
periodista de moda en la cadena CNN en Español, en el programa
“ShowBiz”, junto a su compatriota Mariela Encarnación.
“Es
algo que está ahí pero no se habla tanto. A la edad que yo dejé el
programa y con la carrera y trayectoria que ya tenía, es muy difícil
conseguir trabajar en el mundo del entretenimiento. Los reclutadores te
lo dicen, que las empresas prefieren contratar millennials”, dijo
Lamarche.
Así que decidió emprender junto a su esposo una línea
de productos de bienestar que fortaleciera no tan solo la salud
respiratoria, sino también la piel y la salud de quienes la consumieran.
“Era
algo totalmente innovador cuando lo pensamos. Yo fui a un spa en Nueva
Jersey a probar la experiencia, pero no me gustó, y cuando comenzamos a
investigar, en Nueva York no había nada similar, así que como periodista
me pareció algo muy interesante de conocer, y por eso decidimos
emprender en este concepto”, aseguró.
La línea gráfica y el
concepto de la marca fue creado en Londres, Inglaterra, y tras varios
años de pensarla y crearla, en el año 2020, llegó la propuesta para
llevarla hacia Bergdorf & Goodman.
“Soy un rebelde con causa y creo que eso es lo que me ha llevado hasta donde estoy hoy día”, dijo.
“También
soy un gran creyente de que la vida es acerca de cómo hacemos sentir a
los demás y ha sido mucho trabajo, desde probar el concepto, crear una
marca nueva, conseguir el capital y todo lo que conlleva emprender un
negocio”, expresó Lamarche.
Sus productos se venden en más de 30
tiendas de Bergdorf en todo EE.UU., y además de su línea, Carlos es
propietario de su propio spa, que lleva el mismo nombre “Salt”.
“El
spa lo abrimos en enero 2020, dos meses antes de la pandemia, pero tuvo
muy buena acogida. Ahora lo estamos mudando de locación, porque debido
al COVID, SoHo se ha convertido en un vecindario un tanto vacío, y pocos
de sus residentes viven ahí”, expresó.
La sala de tratamiento de
Salt tiene capacidad para cinco personas a la vez, todas separadas por
cortinas, aunque actualmente sus puertas están cerradas.
La
respiración profunda de aire salado, especialmente cuando se combina con
sonidos de tierra y agua o meditaciones con auriculares, transporta a
los clientes a un nuevo mundo de relajación.
Salt también ofrece
el tratamiento LightStim LED para el rostro, un procedimiento
anti-envejecimiento que estimula la producción de colágeno y
anti-tensión al relajar los músculos faciales.
Carlos espera en
algún momento poder llevar su marca a la República Dominicana, para
mantener un contacto más directo entre sus proyectos en la gran manzana y
sus raíces.
CREDITOS A DIARIO LIBRE